Descubren un tiburón fosilizado que convivió con los dinosaurios y reveló un misterio de hace siglos
Esta especie de tiburón, que coexistió con los dinosaurios durante el cretácico, permitió resolver un misterio ancestral.
Una vieja hipótesis
En un reciente descubrimiento en México, un grupo de expertos del departamento de Paleontología de la Universidad de Viena, Austria, confirmó una antigua hipótesis surgida en el siglo XVIII, cuando se encontraron los primeros restos. Según los investigadores, en aquel periodo geológico, este tiburón navegaba con una hilera de dientes “inusuales”, en su mayoría grandes y redondeados, en lugar de puntiagudos. Estos dientes no cortaban a sus presas, sino que trituraban criaturas con caparazón.
A pesar de haber encontrado ejemplos en otras partes del mundo, el fósil hallado en unas canteras de piedra caliza en Nuevo León, al noreste de México, fue crucial para confirmar la hipótesis. Los fósiles anteriores carecían de la estructura ósea completa, pero este último descubrimiento resultó ser una excepción, proporcionando la evidencia necesaria para los científicos.
Excepcional estado de preservación
Según un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, este desentierro reveló el “árbol evolutivo” de los tiburones conocidos como Ptychodus y aspectos “enigmáticos” de la especie. El Dr. Eduardo Villalobos Segura, coautor del estudio comentó: “El hallazgo nos permite, como científicos, revisar nuestras hipótesis anteriores sobre su biología y relaciones y ver en qué acertamos y en qué nos equivocamos”.
El informe señala que los tiburones Ptychodus vivieron entre hace 100 millones de años y 80 millones de años, a finales del Cretácico. Los fósiles encontrados en la cantera mexicana datan aproximadamente de entre 93,9 y 91,85 millones de años, según el experto. Como la estructura ósea de los tiburones está compuesta de cartílagos en su mayoría, estos no se fosilizan bien, pero las muestras de Nuevo León se mantuvieron a causa de la deficiencia de oxígeno, lo que generó la preservación de los esqueletos blandos.
Fenómenos evolutivos
“Los tiburones actuales representan solo una mínima parte de la asombrosa biodiversidad que se produjo a lo largo de toda su historia evolutiva [que abarca casi 400 millones de años], estudiar los tiburones fósiles es crucial para comprender plenamente los fenómenos evolutivos relacionados con los grupos actuales”, detalló Villalobos Segura acerca de la importancia de analizar estas joyas prehistóricas.
La silueta del cuerpo reveló la forma del tiburón y la ubicación de sus aletas. Además, los investigadores descubrieron que este pez no solo navegaba las profundidades del océano, como se creía hasta ahora, sino que también era un nadador rápido que se alimentaba de tortugas y grandes ammonites, no solo de moluscos.