Científicos revelan fósiles de una nueva especie de dinosaurio descubierto en Argentina

Fue bautizado como Diuqin lechiguanae, una especie que pertenece al grupo de los terópodos, dinosaurios bípedos en su mayoría carnívoros.

Diuqin lechiguanae

Un investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en Argentina, junto con colegas tanto nacionales como internacionales, ha revelado en la revista BMC Ecology and Evolution el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio carnívoro. Esta especie vivió hace aproximadamente 83 millones de años en la actual provincia de Neuquén.

Este nuevo dinosaurio ha sido nombrado Diuqin lechiguanae y pertenece al grupo de los terópodos, un clado de dinosaurios bípedos y predominantemente carnívoros. Específicamente, se ha clasificado dentro del grupo de los unenlaginos, dinosaurios terópodos que están estrechamente relacionados con los ancestros de las aves.

Un carnívoro de hace 83 millones de años

El nombre Diuqin proviene del Mapuzungun, la lengua del pueblo Mapuche nativo de la región, y significa “ave de presa” en español. La segunda parte del nombre, lechiguanae, hace referencia a "Lechiguana", el nombre de la bruja en la película argentina "Nazareno Cruz y el lobo" de 1975, dirigida por Leonardo Favio. Así, el nombre completo de esta nueva especie se traduce como "el ave de presa de Lechiguana".

Los unenlaginos son un grupo de dinosaurios terópodos depredadores que, hasta ahora, solo se han encontrado en el hemisferio sur, principalmente en Sudamérica. Argentina ha sido el lugar donde se han descubierto la mayoría de las especies, con seis reconocidas antes del descubrimiento de Diuqin lechiguanae, todas ellas encontradas en la Patagonia.

Detalles de la investigación

El estudio también examinó unas marcas en el húmero, uno de los huesos preservados, que presentaba unas depresiones circulares en uno de sus extremos. A veces, en los huesos fósiles quedan preservadas marcas producidas por otros animales, como las generadas por los dientes durante las mordidas.

“A través de estudios sobre la forma, ubicación y otras características de estas marcas, se puede inferir qué tipo de animal las produjo. Esto nos proporciona información sobre las interacciones entre depredadores y presas o con animales carroñeros, ofreciéndonos una visión más completa del ecosistema de esa época y las relaciones entre los diferentes animales que lo habitaban”, explicó el investigador.