Bibliopegia antropodérmica: la macabra costumbre de encuadernar libros con piel humana
Se trata de un libro del siglo XIX, que la universidad decidió retirar de su biblioteca por compromisos con “la dignidad del ser humano”.
Una noticia viral
La Universidad de Harvard retiró de su biblioteca un libro del siglo XIX titulado Des destinées de l’ame (Destinos del Alma), encuadernado con piel humana. Este peculiar libro perteneció a Ludovic Bouland, un médico que lo había hecho encuadernar con piel tomada de la espalda de una paciente en el hospital donde trabajaba. Bouland conservó el libro durante años, y finalmente fue adquirido por la biblioteca de la universidad.
Bouland consideraba que Des destinées de l’ame merecía este tratamiento especial. En la portada del libro, escribió a mano: “Si se mira con atención, se distinguen fácilmente los poros de la piel. Un libro sobre el alma humana merece que se le dé ropaje humano”.
Archivos oscuros
Según recoge el medio infobae.com, la bibliotecaria estadounidense Megan Rosenbloom realizó una investigación exhaustiva sobre la bibliopegia antropodérmica, es decir, la técnica de encuadernación con piel humana, un trabajo que volcó en su libro Dark Archives (Archivos oscuros). Junto a su equipo de investigación, la experta identificó unos 50 libros encuadernados con piel humana en colecciones públicas y también privadas.
“En el segundo piso se encontraba una vitrina de vidrio discreta con libros encuadernados en cuero. Como estudiante de biblioteconomía que estaba enamorándose de los libros raros, me pareció peculiar ver una fila de ellos exhibidos con sus cubiertas cerradas. Cuando noté los subtítulos dentro de las vitrinas, jadeé y miré a mi alrededor, como si buscara a alguien que corroborara lo que estaba viendo. El texto afirmaba que estos libros, y una billetera de cuero junto a ellos, estaban hechos de piel humana”, destaca Rosenbloom.
Algunos ejemplos macabros
Entre los ejemplos citados por la bibliotecaria, existe el de Joseph Leidy, quien realizó una copia de un tratado de Anatomía con la piel de un soldado de la Guerra Civil. Sin embargo, destaca que más allá de la mirada moderna, existió una costumbre: “muchos libros de piel humana no comenzaron su vida impresa con esta encuadernación controvertida, sino que fueron reencuadernados por coleccionistas, generalmente médicos, que tomaban los textos más antiguos o raros de sus colecciones privadas y los reencuadernaban con piel extraída de un cadáver durante la disección anatómica”.
“Para mí, esta línea de pensamiento suena como un anatema a un principio central en lo que creemos los bibliotecarios: somos guardianes de los libros bajo nuestro cuidado, especialmente cuando esos libros contienen ideas impopulares, y debemos hacer todo lo posible para preservarlos y protegerlos”, concluye Rosenbloom.