TOP10: los platillos más extraños del mundo
La gastronomía, además de formar parte de la cultura mundial, tiene propuestas que podrían resultar desde extravagantes hasta asquerosas. Ya sea por sus ingredientes o su preparación, estos son 5 platillos que podrían sorprenderte y que quizás tengas la oportunidad de probar si viajas por el mundo.
¿Te gustaría probar un cerebro? Aquí tienes un sándwich
Este platillo, clásico en las cocinas de Missouri, EEUU, está compuesto por cerebros de ternero, cortados y fritos. Tradicionalmente, esta comida está acompañada de dos panes con lechuga, tomate y otros ingredientes clásicos, como mayonesa, kétchup y mostaza. En México también puede consumirse, pero el cerebro es de vaca y viene servido en tacos y burritos.
¿Ostras? De las montañas rocosas.
Por mucho que busques, no encontrarás marisco en este plato. Su sabor se asemeja más a las criadillas que al codiciado molusco, ya que está elaborado con testículos de búfalo, toro o cerdo. Para preparar este extravagante platillo, consumido mayormente en Canadá, se pela y hierve el producto principal, y luego se pasa por una base de harina para finalmente freírlo.
Plato islandés: Hákarl
Es una comida elaborada a base de tiburón destripado, que primero, antes de prepararlo, es dejado fermentar durante al menos dos meses. Aunque parezca extraño, puedes encontrar este plato en cualquier tienda de Islandia y lo reconocerás fácilmente, ya que su intenso aroma a amoníaco hará que lo encuentras sin buscarlo.
¿Quieres queso? Prueba el Casu marzu
Si eres un amante del queso, debes tomar probar este extravagante platillo de Cerdeña, Italia. Su nombre, literalmente, significa “queso podrido”; para su realización, el queso es fermentando mediante la introducción de larvas translúcidas en su interior, que llevan al queso al punto de pudrirse. De hecho, en caso de probarlas, ten cuidado: las larvas saltan hasta quince centímetros.
Un manjar coreano: Sannakji
Este platillo típico coreano está preparado con pequeños pulpos vivos, cortados en trozos, que suelen condimentarse con aceite de sésamo. Los restaurantes lo sirven inmediatamente para que puedas ver cómo los trozos de pulpo aún siguen moviéndose en el momento del emplatado y la degustación. No es fácil de comer: parte de los tentáculos pueden quedar atrancados en la garganta.