Museo de la memoria, el recuerdo de los hermanos chilenos
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Como proyecto por el bicentenario, la presidenta Michelle Bachelet inauguró durante su primer gobierno el Museo de la memoria. La intención de la mandataria con esta iniciativa, fue responder a la demanda de las organizaciones de familiares y de defensa de los derechos humanos, cuyos archivos habían sido declarados como “memoria del mundo” por la UNESCO. De esta manera, se cumplía el objetivo de instruir a la población sobre lo sucedido en el país entre los años 1973 y 1990.Su existencia es también avalada por el Informe Rettig (apellido del jurista que presidió la Comisión Nacional de Verdad y Reorganización en 1990), que en una de sus recomendaciones alienta las medidas de reparación simbólica. Y da continuidad a la propuesta del ex presidente Ricardo Lagos, “No hay mañana sin ayer”, que daba apoyo a la construcción de memoriales.
El museo está emplazado en la calle Matucana, arteria eje del Circuito Cultural Santiago Poniente;no casualmente, ya que este sector estuvo relacionado directamente con los hechos rememorados. Es una imponente obra arquitectónica de intensa luminosidad natural. Cuenta con tres pisos, cada uno de ellos repleto de alusiones a quienes perdieron la vida,o que a la fecha continúan con paradero desconocido.
Sus historias impresionan, pero sobre todo, mantienen vivo el recuerdo para que los terribles actos desplegados durante estos años oscuros no se vuelvan a repetir. Para esto el visitante es trasladado 30 años atrás, recorriendo diferentes salones y pasillos ambientados con fotos, videos, música y grabaciones reales. Una excelente utilización de recursos audiovisuales, que genera sensaciones de altísimo componente emotivo. Cada persona saldrá de allí comprendiendo en retrospectiva las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el gobierno de facto, y cómo su accionar quebró profundamente la vida social del pueblo chileno.Abundante material de prensa, testimonios y documentos ilustran nuestro recorrido, cumpliendo el propósito de recordar que los derechos humanos y los valores democráticos deben ser el fundamento ético de la sociedad chilena.
La Plaza de la memoria es una explanada de 6.000 metros cuadrados, donde conciertos, manifestaciones culturales y exposiciones temporales tienen lugar. Algunas obras permanentes de este sector con“Geometría de la conciencia” de Alfredo Jaar, ubicada en el subsuelo, y en un lateral el mural de Jorge Tacla, honrando la memoria del músico Víctor Jara, asesinado por el estado en el Estadio Nacional de futbol.
En el segundo piso se encuentra el “velatón”, un lugar de reflexión donde se puede contemplar un mural fotográfico compuesto con fotografías de las víctimas. Una pantalla táctil permite navegarlo y consultar la ficha de cada persona.Cerca de allí, la sala “Nunca más” invita a reflexionar acerca de la fragmentación de país: muestra una enorme fotografía del retorno a la democracia en 1990, y una proyección del video de dicho acto.
Ya en el tercer nivel, además de la cafetería se encuentran la cineteca, el auditorio y el pabellón de exposiciones temporales; allí por estos días puede verse “Vivas voces: Verdad y Justicia Ahora",consistente en más de 600 fotografías de víctimas de la dictadura. Retrato de las primeras imágenes utilizadas por los familiares de víctimas para comenzar a buscar a sus seres queridos. Imperdible para quienes deseen conocer más sobre la historia de Chile.
La entrada al museo es totalmente libre y gratuita, además de contar con visitas guiadas. Es posible visitarlo de martes a domingo, desde las 10:00 hasta las 18:00 horas. No puedes rechazar esta invitación a la reflexión sobre los duros acontecimientos que vivió nuestra sociedad.Mirar nuestro pasado doloroso, es el punto de partida para aprender de esa experiencia y no repetirlo nunca jamás.