Descubren dos agujeros negros que se alimentan juntos y no paran de crecer
Un nuevo hallazgo logró identificar a dos agujeros negros supermasivos que se alimentan juntos a 500 millones de años luz de la Tierra, en la Constelación de Cáncer, como resultado de un gigantesco choque de galaxias.
Un fenómeno que podría ser frecuente
Los dos agujeros negros distan entre sí a solo 750 años luz de distancia, es decir, los más cercanos que se han descubierto hasta hoy, creciendo frenéticamente mientras sus galaxias anfitrionas se fusionan, según detallaron los científicos de un equipo internacional de astrónomos que combinó datos del observatorio ALMA, telescopios terrestres y espaciales para lograr el hallazgo.
Científicos de la Universidad Católica y la Universidad Diego Portales de Chile, publicaron los resultados de su investigación en la revista The Astrophysical Journal Letters, en donde explicaron que los agujeros negros binarios, así como las galaxias en colisión que los originan, podrían ser fenómenos mucho más frecuentes en el Universo de lo que hasta ahora se pensaba.
Un frenético festín
El astrónomo coautor del estudio Ezequiel Treister, de la Universidad Católica, indicó que las implicancias del descubrimiento podrían extenderse también a la detección de ondas gravitacionales, ya que “puede haber muchas parejas de agujeros negros supermasivos en pleno crecimiento en los centros de las galaxias que aún no hemos logrado identificar”.
El científico explicó que el hallazgo se dio de forma sorpresiva, mientras los astrónomos del observatorio ALMA investigaban una región del Universo de difícil acceso, momento en que el equipo descubrió dos agujeros negros que devoraban frenéticamente los subproductos de la fusión “y ambos estaban dándose el festín muy cerca el uno del otro”.
Podría ser el futuro de la Vía Láctea
Franz Bauer, astrónomo que participó de la investigación, señaló que con la información obtenida será posible tener una idea más clara sobre cómo galaxias similares a la Vía Láctea se han convertido en lo que son hoy, y aún más, cómo seguirán evolucionando.
“Hasta ahora se habían estudiado principalmente las primeras etapas de fusión de las galaxias, pero las nuevas observaciones corresponden a las últimas etapas de una colisión, un adelanto de lo que ocurrirá cuando la Vía Láctea choque con la vecina galaxia de Andrómeda, en unos 4.500 millones de años”.