Crisis climática: por primera vez en su historia, Inglaterra decreta "alerta roja" por calor extremo
Por primera vez en su historia, el Servicio Meteorológico británico decretó un "alerta roja" para Inglaterra, dadas las altísimas temperaturas que se registran en la región, desde Londres y el sureste, hasta York y Manchester.
Temperaturas inéditas
El calor extremo obligó a las autoridades del aeropuerto de Luton, ciudad ubicada en el sur de Inglaterra, a cerrar su pista de aterrizaje por un "defecto de superficie" generado por las altas temperaturas, cancelación que se sumó a la de los servicios ferroviarios y las clases en muchas escuelas.
Según precisaron los agentes meteorólogos, Londres podría alcanzar temperatura superiores a los 40 grados Celsius, un hecho sin precedentes en la historia registrada no solo de la ciudad, sino de todo Reino Unido, en donde las temperaturas promedio durante el verano oscilan entre los 23 y 24 grados Celsius.
Riesgo de sufrir un golpe de calor
Inglaterra, así como las regiones circundantes, no está preparada para temperaturas tan extremadamente cálidas, a tal punto que la gran mayoría de las casas no dispone de aires acondicionados y adquirir un ventilador de techo, o de pie, se transformó en una odisea en el contexto de una ola de calor extremo jamás antes registrada.
La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, en tal sentido, declaró la emergencia nacional debido a que "las personas corren el riesgo de sufrir un golpe de calor y una insolación", emergencia durante la cual se instó a la población a evitar cualquier traslado que no sea esencial.
La crisis climática
Tras la suspensión de servicios y el alerta por una interrupción generalizada en todo el Reino Unido, que incluiría el cierre de hospitales y escuelas, así como cambios en las prácticas laborales, los expertos destacaron que la histórica ola de calor extremo es directa consecuencia del drástico cambio climático en la Tierra.
Desde el Servicio Meteorológico británico, también advirtieron que las altas temperaturas registradas durante el transcurso de esta semana en Europa, responsables de la muerte de al menos 300 personas en España y Portugal, son resultado del agudo calentamiento global que se verifica en el planeta.