Dejar de producir carne salvaría al planeta, según una investigación científica

Científicos de la Universidad de Stanford y la Universidad de California, en Estados Unidos, se preguntaron cuál sería el impacto ambiental si la producción de carne a nivel mundial cesara definitivamente, contemplando la enorme cantidad de gases de efecto invernadero que la ganadería libera anualmente a la atmósfera.

Los resultados de la investigación que desencadenó esta pregunta, publicados recientemente en la revista PLoS Climate, revelaron que la reducción gradual de la industria ganadera, adecuando la dieta de los pobladores del mundo al consumo exclusivo de vegetales, lograría detener durante tres décadas el aumento de los gases de efecto invernadero en el planeta.

Al respecto, Patrick Brown, de la Universidad de Stanford, detalló: “si la agricultura animal se eliminara gradualmente en 15 años y todas las demás emisiones de gases de efecto invernadero continuaran como ahora, la eliminación crearía una pausa de 30 años en las emisiones netas de gases de efecto invernadero y compensaría casi el 70 % del efecto de calentamiento de esas emisiones hasta el final del siglo”.

Calentamiento global y animales rumiantes

El modelo computacional empleado por los investigadores, demostró que el cese de la industria ganadera permitiría disminuir el 68 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono, hasta el año 2100, lo que supone el 52 por ciento de la reducción que se necesita para fijar el aumento de la temperatura global en 2 grados Celsius.

Además, la investigación mostró que hasta el 90 por ciento de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero podría lograrse con la sustitución del ganado rumiante, es decir, el vacuno y el ovino, lo que derivaría en la descomposición espontánea del metano y el óxido nitroso, además de la recuperación de la biomasa de los ecosistemas de la Tierra en al menos un 80 por ciento.

La oportunidad mejor y más inmediata que tenemos

Brown aseguró que “la reducción o eliminación de la agricultura animal debería estar en lo más alto de la lista de posibles soluciones climáticas”, y lanzó un pedido a la comunidad internacional: “espero que otros, incluidos los empresarios, los científicos y los responsables políticos mundiales, reconozcan que esta es nuestra mejor y más inmediata oportunidad de invertir la trayectoria del cambio climático, y aprovechen la oportunidad”.

El experto sostiene que el cese de la industria ganadera no solo supondría un oportunidad para frenar el calentamiento global de manera eficiente, sino que además sería rápida: según estimó, lograría la mayor parte de los beneficios antes del año 2050.

“A medida que disminuyan las emisiones de metano y óxido nitroso procedentes de la ganadería, los niveles atmosféricos de estos potentes gases de efecto invernadero descenderán drásticamente en unas décadas […] Y el CO2 que se liberó a la atmósfera cuando los bosques y las praderas silvestres se sustituyeron por cultivos forrajeros y tierras de pastoreo puede volver a convertirse en biomasa a medida que se vaya eliminando el ganado y se recuperen los bosques y las praderas”, concluyó.