Impresionante imagen de una llamarada solar, registrada por la NASA
Las llamaradas solares son algo habitual en el comportamiento del Sol, aunque eventualmente pueden alcanzar dimensiones tan extremas, que incluso ponen en peligro el desarrollo normal de la vida en el planeta Tierra, especialmente a las comunicaciones satelitales y servicios de energía.
El último 20 de enero, la NASA captó impresionantes imágenes de una llamarada solar realmente imponente, aunque estuvo lejos de ser peligrosa para la vida humana: alcanzó una magnitud de nivel M5, según datos brindados por la agencia espacial de Estados Unidos.
El combustible solar
Compuesto de hidrógeno en sus prácticamente tres cuartas partes, el Sol nació hace unos 4600 millones de años, y el resto de su masa está hecha de otros elementos, tales como el oxígeno, el neón, el hierro y el carbono, todo ello en estado de plasma, o sea, similar al estado gaseoso, aunque con partículas eléctricamente cargadas.
Es el movimiento de estas partículas eléctricas, lo que hace que a su alrededor se conforme un campo magnético que sufre variaciones en períodos que oscilan en torno a los 11 años, aunque no es posible saber a ciencia cierta ni cuándo comienzan, ni cuándo culminan.
La llamarada solar
También conocidas como fulguraciones solares, las llamaradas solares escasean durante los períodos de menor actividad, lo que permite tener una pauta sobre el fin de un período o ciclo solar.
Una llamarada solar puede explicarse básicamente como la repentina liberación de radiación electromagnética, desde alguna de las capas del Sol, por ejemplo la cromosfera, que puede alcanzar energías incomparablemente más poderosas que una bomba de hidrógeno.
Luego, la ciencia clasifica a las llamaradas solares según su intensidad, entre X, M o C, correspondiendo las primeras categorías a las llamaradas más poderosas, aquellas que podrían llegar a dañar equipos eléctricos y electrónicos en la Tierra.