Los curiosos ingenios de la Primera Guerra Mundial
Para nuevos problemas, nuevas soluciones. Esta premisa básica de la creatividad y el ingenio es válida para situaciones todos los días, y más notable aún su pertinencia cuando se trata de grandes conflictos o catástrofes que convocan a la creatividad colectiva a volcarse hacia un fin común; de esta manera, un escenario penoso como la Primera Guerra Mundial, una catarata de nuevos problemas, promovió algunos de los años de mayor creatividad humana desencadenada en muchísimo tiempo. Algunos de esos inventos se insertaron para siempre en la vida cotidiana, otros desaparecieron pronto; este es una lista que muestra los más curiosos frutos del ingenio de la época:
El localizador acústico:
Grandes bocinas que amplificaban sonidos a kilómetros de distancia, monitorizados a través de auriculares, que permitía dirigir la plataforma para identificar los aviones enemigos.
Generador:
Una bicicleta tándem para alimentar el generador de la estación de radio: con el ancestral invento de la rueda, disponibilidad de energía para la comunicación.
Vehículo blindado
La Cruz Roja incursionó con un vehículo experimental blindado. El experimento fue fallido: sus ruedas estrechas y la carrocería demasiado baja lo hicieron atascarse en los frentes embarrados.
Cañón:
Los ingenieros de la guerra probaron, primero, aumentar el poder de las armas aumentando su tamaño, llegando a diseños como el de la imagen. Otra experimentación fallida: de este modelo se fabricaron 50 unidades, ya que su tamaño lo hacía enormemente costoso e inoperativo para la batalla.
Zeppelin
Los alemanes sembraron el terror en los cielos con sus enormes zepelines, que tenían la ventaja de que podían volar más alto que los aviones que defendían territorio británico y eludir las baterías antiaéreas.
Globos de observación
Los globos de observación que se usaban para incursionar brevemente detrás de las líneas del frente. Los observadores iban suspendidos en una pequeña plataforma. Eran de una tela resistente e iban rellenos de gas de hidrógeno, lo cual los hacía demasiado inflamables, y por lo tanto vulnerables, para la contienda.
Camuflaje I
En la batalla cuerpo a cuerpo, cualquier cosa podía (debía) utilizarse para disimular la presencia y pasar inadvertido ante el enemigo, como en el caso de la fotografía, un árbol falso
Camuflaje II
El barco británico HMS Argus se camufló pintado con una técnica aplicada por los diseños cubistas, el arte del momento, para romper las líneas de los barcos en el mar.
FUENTE E IMÁGENES
El Economista