Un estudio de la NASA afirma que viajar de ida y vuelta a Marte sería posible en 10 años
Un reciente estudio realizado por la NASA afirma que viajar a Marte de ida y vuelta sería posible de aquí a los próximos diez años, gracias a la nave espacial Red Dragon que desarrolla la empresa privada SapceX.
Se trata de una misión no tripulada que podría ingresar a la atmósfera marciana, descender y aterrizar sobre la superficie de Marte gracias a una cápsula espacial. La técnica de descenso de la nave Red Dragon podría sentar las bases para futuras misiones tripuladas al planeta rojo.
En la actualidad, la nave Dragon se encuentra realizando viajes a la Estación Espacial Internacional transportando todo tipo de cargas. Lo hace en el marco de un contrato multimillonario celebrado entre la NASA y la compañía SapceX para realizar 12 viajes del mismo tipo, de los cuales ya se han concretado exitosamente dos.
Los ingenieros han dedicado un par de años al estudio de viabilidad para transformar la cápsula de la nave Dragon, que tras sufrir algunas pocas modificaciones imprescindibles podría transformarse en la Red Dragon, un módulo capaz de efectuar la entrada en la atmósfera marciana, descender y aterrizar sin infringir las leyes de la física.
Así, la cápsula Red Dragon estaría equipada con los mecanismos necesarios para llevar a la Tierra las muestras recogidas en Marte. Esto incluye un vehículo de ascenso denominado MAV, por sus siglas en inglés; un vehículo de regreso a la Tierra llamado ERV; y el hardware necesario para pasar a este último las muestra recogidas por robots exploradores de misiones anteriores. Entre ellos se cuenta al robot Mars 2020, que será enviado al planeta Marte dentro de seis años para recolectar diversas muestras de la superficie.
La Red Dragon descendería hasta la superficie marciana prescindiendo de un sistema de paracaídas y gracias a un sistema de retropropulsión que aportaría un excelente grado de precisión durante la maniobra. Sería capaz de trasladar hasta dos toneladas de carga útil, es decir, dos veces la capacidad de cualquier nave espacial jamás aterrizada sobre Marte.
Semejante capacidad de carga supone la posibilidad de viajar hasta Marte con el equipamiento necesario para emprender un vuelo de retorno a la Tierra. De ser así, una vez dentro de la órbita terrestre, el vehículo de regreso se acoplaría a otra nave lanzada por el cohete Falcon Heavy.
Finalmente, el estudio llevado a cabo por la NASA abre la posibilidad de alcanzar un objetivo fundamental para la ciencia planetaria mediante soluciones técnicas menos complejas y por lo tanto más económicas de lo que se creía hasta hoy.