Tras 78 años de incertidumbre, logran resolver la misteriosa tragedia del Hindenburg

Si bien la imagen del gigantesco zepelín ardiendo es un clásico de la iconografía del siglo pasado, las causas que originaron el trágico incendio permanecieron sumidas en el misterio, hasta hoy.

Orgullo de la ingeniería alemana, el LZ 129 Hindenburg -el mayor objeto volador de todos los tiempos- fue bautizado así en honor del mariscal Paul von Hindenburg, segundo presidente de la República de Weimar. Aunque era una mega estructura de 245 metros de largo, alcanzaba fácilmente los 135 kilómetros por hora y podía cubrir el viaje de Europa a América en tan sólo tres días.

La tarde del 6 de mayo de 1937, después de atravesar el Atlántico en su ruta desde Frankfurt a Nueva Jersey, el dirigible arribó a la Estación Aeronaval de Lakehurst en medio de una tormenta. Debió esperar unas cuantas horas hasta que el clima permitió comenzar con las maniobras de aterrizaje y amarre, que culminaron con el anclaje de la inmensa estructura a la torre de la estación. Repentinamente, un fuego iniciado en la parte superior de la popa se extendió a todo el dirigible, que en menos de 40 segundos quedó reducido a cenizas.

La tragedia del Hindenburg es la primera de semejante magnitud en ser transmitida (vía radio) en vivo y en directo. Fue tapa de los todos los periódicos alrededor  del mundo y es, aún hoy, una de las imágenes más populares, no solamente por haber ilustrado el primer disco de la emblemática banda británica Led Zeppelin, a la que dio nombre, sino por representar un verdadero hito en la historia moderna mundial.

Hollywood incluyó al LZ 139 en una de sus películas más famosas, Indiana Jones y la última cruzada (1989). La célebre serie Los Simpson, hizo múltiples referencias al Hindenburg en distintos episodios televisivos, e incluso en su comic. World of Warcraft, un clásico de los juegos online, cuenta con un personaje llamado «Hin Denburg», encargado de dar indicaciones sobre el paradero del dirigible.

Finalmente, tras 78 años de misterio, un equipo científico a cargo del ingeniero Jem Stanfield, del West Research Institute de los Estados Unidos, realizó una exhaustiva investigación para determinar qué ocasionó el trágico incendio. Las conclusiones finales arrojaron que el accidente se debió a la electricidad estática acumulada en el dirigible durante la tormenta. Cuando las amarras hicieron contacto con la tierra, la energía se combinó con el hidrógeno, un gas liviano e inflamable que permitía flotar al dirigible, desatando el incendio voraz.

La tragedia del Hindenburg puso fin a la historia de los dirigibles en el cielo. Sólo algunos modelos a escala menor fueron empleados para fines publicitarios, sobre todo en la década de 1990.

Video "Desastres de la Ingeniería":

Fuente: El Confidencial