Pozole: la sopa prehispánica que llevaba carne humana
El pozole, uno de los platillos más característicos y tradicionales de la gastronomía mexicana, es hoy una sopa hecha básicamente con granos de maíz tipo cacahuacintle, carne de cerdo, pollo o incluso mariscos, rábanos, lechuga, cebolla, chile y mucho orégano. Aunque existen tantas versiones y variedades como regiones hay en el país, ninguna es tan extraña (y escalofriante) como el antecesor del pozole, que según antiguas crónicas coloniales incluía carne humana.
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Un guiso con maíz y carne de “hombre”
Guiso pozole.
En Mesoamérica, según documentación del siglo XVI, la antigua civilización nahua preparaba un guiso al que se considera antecesor del pozole. Este guisado incluía granos de un maíz llamado tlacatlaolli, que podría traducirse al castellano como “maíz de hombre”, y nada menos que carne humana, según explicó el arqueólogo Enrique Vela.
Así lo relata en Historia General de las Cosas de Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún: "cocían aquella carne con maíz, y daban a cada uno un pedazo de aquella carne en una escudilla o caxete, con su caldo y su maíz cocido, y llamaba a aquella sopa tlacatlaolli".
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Comerse al enemigo
Escena interpretada como canibalismo en el Códice Magliabechiano, folio 73r.
Según detallan los historiadores, la carne utilizada para el antiguo pozole provenía generalmente de un enemigo capturado en el campo de batalla. Mediante un ritual que se celebraba en el Templo Mayor de Tenochtitlan , a la víctima se le extraía el corazón y su cuerpo era trozado para posteriormente preparar un guiso similar al actual pozole.
Con el correr de los siglos, ya en tiempos coloniales, la receta del antiguo pozole fue modificada para introducir carne animal en vez de carne humana.
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