Mercurio en templos sagrados alrededor del mundo
El 24 de abril de 2015 un equipo de investigadores encuentra una gran cantidad de mercurio líquido en una cámara subterránea de la tercera pirámide más grande de Teotihuacán, en México. Dos preguntas se imponen: ¿Por qué llenarían los aztecas una tumba con un material tan peligroso? ¿Tiene algo que ver este hallazgo con la presencia de mercurio en otra tumba, al otro lado del mundo?
La tumba del emperador Chin Shi Huang, quien murió por beber una mezcla de mercurio con jade que le daría la vida eterna, está construida como un modelo de China a escala, con ríos de mercurio fluyendo alrededor de las ciudades.
El mercurio, la materia prima favorita de los alquimistas, es un conductor de electricidad, indispensable para el desarrollo del mundo industrial. Antiguos textos indios lo mencionan como un elemento de propulsión para naves extraterrestres, ya que en determinadas condiciones puede contrarrestar la fuerza de gravedad.
La pirámide de Teotihuacán honra a la serpiente emplumada, el ser que bajó del cielo.
La tradición china relata que el Emperador Amarillo descendió del firmamento sobre un gran dragón. En ambos casos, el mercurio… ¿coincidencia?
Para algunos historiadores, no es coincidencia: tanto los antiguos chinos como los aztecas habrían conocido los secretos del mercurio gracias a los extraterrestres, que usaban dicho elemento para desplazarse en sus naves
¿Era entonces la serpiente emplumada, no un ser mítico sino una real y concreta nave? El emperador amarillo, considerado el inventor de la medicina, el carro y el calendario… ¿había recibido todo aquel conocimiento de civilizaciones alienígenas?
¿Será que tanto chinos como aztecas no adoraban dioses sino extraterrestres?