Los peligros del mundo en 2045
No se trata de una lista futurista ni futurología de la conspiración, es la real y urgente toma de recaudos de una potencia mundial: especialistas del Ministerio de Defensa del Reino Unido han elaborado un informe que adelanta el contexto mundial de seguridad y defensa para el año 2045. Y su perspectiva no resulta para nada alentadora: según las predicciones del informe “Global Strategic Trends”, dentro de poco más de treinta años la población terrestre podría llegar a los 10.400 millones de personas, el 70% de las cuales habitarán en las zonas urbanas; cerca de 3.900 millones de personas sufrirán la carencia de reservas de agua potable. Por un lado, la globalización impedirá que los países actúen de manera aislada (lo que reduciría el riesgo de conflictos), pero a la vez promoverá la expansión de monedas alternativas, que facilitarían la transferencia de fondos entre jurisdicciones nacionales por grupos terroristas.
Entre las nuevas armas habrá láseres de largo alcance capaces de producir un rayo de energía electromagnética o radiación atómica que destruirán equipos e infraestructura o harán daño no letal a los humanos; se multiplicarán las guerras medioambientales, en las que las enfermedades en cultivos y humanos se divulgarán mediante nuevos insectos o híbridos de insecto y máquina; y, tal vez lo más sorprendente es que las organizaciones criminales utilizarán una gran cantidad de satélites pequeños operados por compañías privadas, y podrán lanzar su propios satélites de vigilancia, amenazando la privacidad de individuos y corporaciones.
Cabe destacar que toda esta batería de agoreros pronósticos no surge de la nada ni de la pura imaginación, sino del análisis de las tendencias ya existentes en los ámbitos de la tecnología, el cambio climático, la urbanización y la gestión de los recursos naturales, en particular el agua.
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