La insólita historia de los rusos importados para “blanquear” Hawai
¿Cómo fue que 1500 trabajadores rusos llegaron a principios del siglo XX a Hawai? ¿Qué consecuencias tuvo esta migración en el único territorio no americano de los Estados Unidos?
La historia comienza con la necesidad de mano de obra para la incipiente industria azucarera. Los primeros en arribar al archipiélago para ganarse la vida en las plantaciones de azúcar fueron japoneses, pero rápidamente comenzaron a reclamar por las malas condiciones laborales. Fue entonces que los dueños de las tierras convinieron en que debían contratarse “trabajadores blancos”.
A. V. Perelestrous, un emprendedor ruso, viajó a Rusia para reclutar trabajadores. Numerosos trabajadores siberianos emprendieron el extraño viaje que imaginaban con rumbo a una isla paradisíaca. Ya en el barco comenzaron los problemas: la aparición de casos de sarampión obligó a una cuarentena general. Al llegar a Honolulu se los llevó a un campamento y allí se los dejó, casi como una atracción de circo, sin siquiera un intérprete que les permitiera expresar sus necesidades, y que mediara entre ellos y los lugareños en las disputas generadas por las marcadas diferencias culturales.
El experimento duró poco: agobiados por el clima extraño, sin posibilidad de integrarse a la sociedad, sin siquiera una iglesia donde reunirse ni una escuela a donde mandar a sus hijos, muchos de los rusos abandonaron Hawai rumbo a otros destinos en Norteamérica.
Años después, al producirse la revolución bolchevique, Vladimir Lenin propuso el regreso de los emigrantes que quedaban en Honolulu; algunos volvieron, pero otros se quedaron, dando lugar a una extraña genealogía siberiana en un lejano archipiélago de la Polinesia
FUENTE: La Nación
IMAGENES: Russian Collection, Hamilton Library/University of Hawaii at Manoa