La increíble historia del vuelo 502 y la nube que detuvo el tiempo
Con toda una vida entre las nubes, pilotos y tripulaciones de avión suelen ser testigos de fenómenos muchas veces inexplicables. La increíble historia del vuelo 502 no es la excepción.
El 31 de enero de 1978, el vuelo 502 de la extinta compañía Aviaco, un avión Caravelle 10-R piloteado por Carlos García Bermúdez, surcaba el firmamento para cubrir la ruta Valencia-Bilbao. Cuando se encontraba en proximidades del aeropuerto de Bilbao, en la localidad de Sondika, el comandante pudo divisar un cúmulo de nubes opaco y espeso, flotando a un kilómetro de altura.
Dadas las condiciones meteorológicas, desde la torre de control García Bermúdez fue notificado para modificar el plan de vuelo y dirigirse al aeropuerto de Santander, distante a unos 100 kilómetros. Cuando el comandante modificó la trayectoria de la aeronave y subió hasta una altitud de 10 kilómetros, siguiendo instrucciones, algo inexplicable sucedió.
El pasaje y la tripulación a bordo fueron testigos de una gigantesca nube lenticular, que se formó a partir de la nada, tan resplandeciente, que los pilotos en cabina debieron hacer uso de sus gafas de sol para intentar mantener algún tipo de visibilidad. Se adentraron inevitablemente en la formación nubosa, cuando se alejaban unos 35 kilómetros del aeropuerto de Bilbao, y repentinamente el instrumental electrónico comenzó a fallar. La comunicación con tierra se perdió instantáneamente, las brújulas comenzaron a girar indefinidamente y tanto el panel de dirección como el horizonte artificial emitieron alertas, indicando que el avión volaba en dirección opuesta a la ruta trazada.
Hasta que terminaron de atravesar la nube y todo volvió a una aparente normalidad, pasaron 7 minutos de completa angustia e incertidumbre, incluso para el capitán García Bermúdez, que contaba con más de 11 mil horas de vuelo en su haber. La comunicación con la torre de control se restableció y los instrumentos mostraron nuevamente parámetros normales, con excepción del registro de millas recorridas. Para sorpresa de los pilotos, el instrumental no registró avance alguno durante el lapso en que el avión permaneció dentro de la nube, como si hubiese estado suspendido en el mismo punto durante 7 minutos.
El vuelo 502 aterrizó finalmente en el aeropuerto de Santander sin ningún tipo de inconvenientes y, una vez en tierra, el comandante informó oficialmente sobre el incidente registrado durante el vuelo. Autoridades aeroportuarias y tripulación quedaron estupefactos cuando constataron que la torre de control había perdido contacto con el avión por un lapso de 24 minutos y no 7, como registraron los relojes en vuelo. Todos los que estaban a bordo del vuelo 502 habían perdido inexplicablemente un fragmento de tiempo.
Hoy, el expediente por este incidente continúa abierto y sin resolución, a pesar de las múltiples investigaciones técnicas y el asesoramiento de los mejores expertos alrededor del mundo.
Fuente: RT
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