Juan Pablo II al desnudo: cientos de cartas evidencian su "intensa" amistad con una mujer
Durante más de 30 años, el Sumo Pontífice se relacionó con una mujer casada, de nacionalidad polaca, personalmente, pero sobre todo a través de cartas, al principio más formales y a medida que la amistad fue creciendo "más íntimas".
Un documento histórico, compuesto por cientos de cartas y fotografías, reveló la historia de una estrecha relación entre el papa Juan Pablo II y la filósofa estadounidense, de origen polaco, Anna-Teresa Tymieniecka.
Aunque en ningún caso existen sugerencias de que el papa rompiera sus votos célibes, las misivas que durante más de 30 años intercambió con la filósofa, casada desde 1956 y madre de tres hijos, se mantuvieron en secreto durante años, lejos de la opinión pública, en la Biblioteca Nacional de Polonia.
El principio de la amistad comenzó en 1973, cuando la mujer se contactó con quien sería el futuro papa, el cardenal Karol Wojtyla, por entonces arzobispo de Cracovia, para consultarlo por un libro de filosofía que éste había escrito. Por entonces, Wojtyla tenía 50 años de edad y viajó a conocerla, para discutir sobre su trabajo.
Desde entonces, ambos comenzaron a intercambiar una serie de cartas que se prolongaría hasta la muerte Juan Pablo II. Según un informe de la BBC, "al principio las cartas del cardenal eran formales, pero a medida que su amistad creció, se volvieron más íntimas". Además, desde que acordaron trabajar juntos en una versión ampliada de la obra del Sumo Pontífice, Wojtyla y Tymieniecka se reunieron en incontables ocasiones, a veces con la presencia de sus respectivas secretarias, a veces a solas.
Tras la lectura de las cartas, se desprende que, probablemente, ella albergaba intensos sentimientos por él, y éste luchaba por dar sentido a la amistad en términos cristianos. En una de las cartas, fechada en septiembre de 1976, el papa escribía: "Mi querida Teresa, he recibido las tres cartas que has escrito cada vez más desgarrada, pero no puedo encontrar ninguna respuesta a tus palabras".
En otra de las cartas, fechada en diciembre de 1976, puede leerse que, mientras era aún cardenal, Wojtyla obsequió a la mujer un escapulario, quizá una de sus posesiones más preciadas: "Desde el año pasado estoy buscando una respuesta a tus palabras: 'Te pertenezco'. Por último, antes de salir de Polonia, he encontrado un camino, un escapulario: la dimensión en la cual acepto y te siento en todas partes en todo tipo de situaciones, cuando estás cerca y cuando estás lejos".
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Fuente: BBC
Imagen: Alessia Pierdomenico / Shutterstock.com