Hua-Shan, el peligroso sendero de la montaña sagrada
Si bien no está entre las montañas más altas del mundo, ni aparece entre las primeras cinco ni diez en cuanto a estadísticas de accidentes mortales en su escalada, no caben dudas de que la montaña Hua Shan, ubicada en la provincia de Shaamxi, China, posee características suficientes para ser contada entre las montañas más importantes del mundo. En principio, porque es una de las cinco montañas sagradas de China, y en su cumbre, a la que se accede a través de uno de los caminos de montaña más escarpados del planeta, se emplazan importantes templos taoístas. El sendero mencionado tiene un segmento, llamado Changong Zhandao, extraordinariamente peligroso, y de muy arduo ascenso: mide cuatro metros de largo y 30 centímetros de ancho, y es un acantilado vertical al borde del abismo. Luego de superar este camino, y el tramo conocido como el Dragón negro, se deben trepar paredes verticales, solo equipadas con esporádicos escalones inestables y cadenas oxidadas; recién entonces el viajero que haya emprendido el desafío se encontrará con “la garganta de los cien escalones”, una pendiente de 90º con pequeñas pasarelas y tablones antiguos. Claro que la recompensa de llegar a la cima de Hua Shan vale, para muchos, el esfuerzo y el riesgo: desde allí se pueden observar las cinco montañas sagradas que, en conjunto, se ven como una gigantesca flor; y más allá de la belleza paisajística natural, a la llegada a los templos de la cima se le atribuye un gran valor espiritual. Estos espacios sobrevivieron a la destrucción sistemática de templos de la Revolución Cultural, gracias a su singular ubicación, y fueron construidos durante décadas por los propios monjes que, en muchos casos, perdieron la vida durante la empresa. La subida a pie, desde el pueblo que está en las faldas del monte hasta la cima, puede tomar unas diez horas… horas que seguramente serán, para quien se atreva, algunas de las más vertiginosas y plácidamente bellas de su vida. FUENTE: Tejiendo el Mundo