Frescos en Pompeya revelan oscuros secretos sobre la sexualidad del Imperio Romano
Las pinturas en las paredes del Lupanar de Pompeya tienen mucho que revelar sobre la sexualidad del antiguo Imperio Romano. Los frescos eróticos sobrevivieron a la erupción que arrasó con la ciudad en el año 79 d.C..
El prostíbulo fue descubierto en el siglo XIX, pero sus puertas no se abrieron al público hasta hace pocos años. En sus paredes se pueden observar numerosas pinturas de gran realismo que, como suponen los investigadores, podrían haber funcionado como un muestrario de las prácticas sexuales que se ofrecían en el lugar.
El Lupanar era un centro de reuniones de políticos y empresarios de la época. Allí podían contratarse los servicios sexuales tanto de mujeres como de hombres jóvenes, mayormente ex esclavos devenidos trabajadores sexuales.
La profesora de la Western University (EE.UU.), Kelly Olson, dedicada a estudiar el rol de las mujeres en la antigua sociedad romana, explica: “Los hombres casados podían acostarse con cualquiera, siempre y cuando mantuvieran las manos alejadas de las esposas de otros hombres. Las mujeres casadas, en cambio, no debían tener relaciones sexuales con nadie más.”
En el burdel pueden apreciarse también numerosas inscripciones realizadas a mano alzada por los clientes del lugar; inscripciones curiosamente similares a las que podríamos encontrar en la actualidad en recintos de estas características.
Videos relacionados:
Fuente: DAILYMAIL
Imágenes cuerpo de la nota: Wikipedia.org / Carole Raddato