El misterioso tesoro de las hermanas Masilotti
Todavía hoy se escuchan teorías variadas y discusiones encendidas alrededor del caso de Clara y Laura Masilotti, hermanas italianas que en la década del 50 llegaron a Uruguay con una curiosa petición: pretendían realizar excavaciones en el Cementerio Central de Montevideo para desenterrar un tesoro que se encontraba allí oculto. Según contaban, su padre les había indicado dónde estaba el tesoro y las había provisto de detallados mapas para cuando emprendieran su búsqueda. A pesar de que la Iglesia se oponía a lo que calificaba como profanación de suelo sagrado, la Justicia avaló el pedido y la excavación comenzó el 21 de mayo de 1951.
Las hermanas Masilotti siguieron el itinerario estipulado pero no hallaron tesoro alguno. No obstante, centenares de relatos se fueron entretejiendo para explicar el enigma de las hermanas y su tesoro esquivo. Una de las más precisas indica que cuando Don José María Mastai, posteriormente nombrado Papa Pio IX, visitó Montevideo, tuvo un romance con una uruguaya, con quien tuvo un hijo; él mismo habría enviado el tesoro como obsequio para su hijo. Ese mismo hijo, décadas después se habría convertido en el padre de las hermanas Masilotti. ¿De qué constaba el tesoro? Según el inventario que poseían las Masilotti, el tesoro incluía piedras preciosas, oro, diamantes, coronas de reyes, alhajas, obras de arte, pinturas de gran valor, documentación histórica muy importante e incluso objetos incaicos.
Otra leyenda urbana explica que el tesoro existió, pero fue descubierto cuando, al realizarse reformas en una fábrica de jabón cercana al cementerio, se encontraron los túneles subterráneos que condujeron al tesoro a los afortunados dueños de la jabonera. En octubre de 2013, obreros que se encontraban trabajando en la construcción del complejo de viviendas Estrellas del Sur, encontraron túneles todavía no explorados; el tesoro volvió, una vez más, a ser motivo de especulaciones. Lo cierto es que esta extraña y fascinante historia no ha tenido su cierre, y todavía existen caminos posibles para encontrar el tesoro que las hermanas buscaban, como declaró Laura Masilotti “no por razones mercantiles, sino por romanticismo, por tradición y por herencia familiar”.
FUENTE E IMÁGENES
Todo Uruguay; El País; Razonando Misterios