El hundimiento del transatlántico nazi Wilhelm Gustloff, la mayor tragedia marítima de la historia
El transatlántico Wilhelm Gustloff navegó por primera vez el 14 de marzo de 1938. Había sido diseñado para transportar trabajadores alemanes afiliados al programa Fuerza por la Alegría (Kraft durch Freude, en alemán) en sus viajes de ocio. Sus cruceros vacacionales por el mar Báltico, preparados para albergar hasta 2000 pasajeros, zarpaban siempre llenos. El gigantesco buque contaba con modernas cubiertas de paseo, comedores comunes, gimnasios y una pileta climatizada en su interior.
En 1939 el barco pasó a disposición de la armada nazi, sirviendo para transportar a los soldados del Führer que habían luchado en la Guerra Civil Española de vuelta a su patria. Posteriormente fue utilizado como hospital y luego como buque nodriza de submarinos.
Entre 1940 y 1943 sirvió de buque cuartel y alojamiento de la Armada. En 1945, ante el avance de las fuerzas soviéticas por Prusia Oriental, fue designado como transporte de refugiados civiles y militares alemanes. La noche del 30 de enero el transatlántico navegaba desbordado por la cantidad de pasajeros que se apiñaban a bordo, desesperados por huir del avance ruso.
A las 21:08 horas tres torpedos provenientes del submarino soviético S-13, capitaneado por Alexander Marinesko, impactaron en el barco. El Wilhelm Gustloff se inclinó a estribor sumido en el caos y la oscuridad. Miles de pasajeros saltaron a las gélidas aguas del norte, y otros tantos intentaron escapar presas del pánico, impidiendo la correcta evacuación y uso de los botes salvavidas.
Cuarenta y cuatro minutos después el gigante nazi se hundió definitivamente en el Mar Báltico. Alrededor de 1200 personas pudieron ser rescatadas por otras embarcaciones que se acercaron a la zona, pero se estima que más de 9000 pasajeros, en gran proporción civiles, murieron a raíz del ataque.
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FUENTE: Deseret News
Imagen: Bundesarchiv, Bild 183-L12207 - via Wikimedia Commons