Cuervos al apio y otros 4 alimentos “normales” hasta hace poco
Al igual que el lenguaje, la comida se ha ido transformando durante décadas. De hecho, algunos alimentos guardan una relación cercana con la antropología y la evolución social. Sin embargo, estos son algunos platillos que fueron cotidianos para muchas civilizaciones pasadas, que podrían parecerte absurdos e inclusos asquerosos.
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Excremento de ballena
Ámbar gris.
Las heces de las ballenas tienen un nombre particular: “ámbar gris”. Durante muchos años, se utilizó para fabricar perfumes por sus propiedades fijadoras. Sin embargo, durante el siglo XVII, fue materia prima útil para dulces y helados. Particularmente, las sociedades antiguas persas e indias eran los mayores consumidores, aunque llegó a ser popular en toda Europa.
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Cuervos con manteca de cerda y apio
Cuervo..
En los años 30, no resultaba raro ver distintas preparaciones con cuervos en los menús de algunos restaurantes: una de las recetas recomendadas utilizaba manteca de cerdo y apio. Si bien actualmente parece una locura, durante el período de la Gran Depresión, el cuervo se transformó en un sustento permisiblemente rico para los agricultores.
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Pezuñas de los terneros
Pezuñas de ternero.
Los antiguos cocineros del siglo XIX solían utilizar las pezuñas de los terneros para confeccionar gelatinas. Lo primero que hacían los profesionales era hervir las patas de los animales sacrificados hasta que la mezcla se redujese. Después se removía la grasa excedente, agregaban vino, jugo de limón y huevo.
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Colas de castores
Castor con una cola en forma de paleta.
Según el razonamiento católico durante el siglo XVII, las colas de castor podían ser consumidas en días santos porque, aquellos animales que no tuvieron la necesidad de refugiarse en el Arca de Noé, estaban aptos para el consumo humano. De esta manera, se convirtió en un platillo típico de la cuaresma occidental.
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Cerveza hecha con gallo
Cerveza.
Luego de varias investigaciones, los científicos determinaron que la cerveza de gallo fue un hito de época. La bebida estaba hecha a base del animal triturado vivo, vertido dentro de una tina con cerveza fermentada. Su sabor era muy ácido y se creía que incentivaba la virilidad, e incluso se agregaba sangre de otras especies recién sacrificados para darle intensidad.
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