Cuando la ciencia trabaja para el racismo
A lo largo de la historia los poderes de turno han desarrollado diversas teorías racistas para justificar sus objetivos políticos. Así, presentadas como hechos científicos, estas hipótesis han contribuido y exacerbado el odio y la intolerancia.
Adolf Hitler construyó su discurso xenófobo, que costó más de seis millones de vidas en el siglo pasado, inspirado en las teorías de Houston Stewart Chamberlain y el profesor Alfred Ploetz. Estos controversiales pensadores defendían la superioridad de la raza aria y proponían, en pos de preservar su pureza, la cría selectiva, el asesinato de los niños con discapacidad y la prohibición de las relaciones interraciales.
Durante el siglo XVIII diversos científicos norteamericanos sostuvieron que la pigmentación oscura de los africanos era causada por una enfermedad genética similar a la lepra. Con este extraño postulado explicaban la cruel explotación esclavista y diversos actos del racismo más extremo.
La psiquiatría también contribuyó a la opresión racial en EE.UU. En el siglo XIX, el doctor Samuel A. Cartwright acuñó el término Drapetomania, que catalogaba la necesidad de escapar de los esclavos como una "enfermedad mental".
Fuente: NOTIAMÉRICA
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