Comprobado: se puede morir de amor
Parece una frase hecha, de la que muchas canciones se han hecho eco, ya sea a favor o en contra, pero sorprendentemente tiene respaldo científico: un grupo de investigadores de la Universidad de Glasgow (Escocia), ha llevado a cabo un estudio que concluye que, en efecto, se puede morir por amor. Según la investigación, basada en la evolución de 4.000 matrimonios de entre 45 y 64 años entre 1979 y 2004, la pérdida de la persona amada puede conducir a la muerte. En los primeros seis meses posteriores a la muerte de uno de los integrantes de una pareja, puede producirse la muerte del viudo por diferentes causas, y en los cinco años siguientes se elevan las probabilidades de desarrollar desórdenes cardíacos. Esto puede deberse a que, ante el deceso del ser amado, una persona adquiera hábitos insanos, como fumar más, beber y alimentarse mal. Existe también el desorden emocional conocido como "síndrome del corazón roto" o "miocardiopatía de Tako-Tsubo"; se trata de una situación de estrés emocional que puede debilitar el músculo que se encarga de bombear la sangre: el miocardio. Las sensaciones son similares a las de un infarto: dolor en el pecho, mareo y dificultad para respirar. Esta conclusión científica llevará, probablemente, a un replanteo a la hora de elegir la expresión “morir de amor” cuando se quiere dar cuenta de una sensación positiva, ya que existe su versión literal, para nada poética.
FUENTE: La Capital
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