Científicos descubren un planeta muy similar a la Tierra
El avance tecnológico y el desarrollo de importantes infraestructuras técnicas han permitido a los astrónomos descubrir cientos de nuevos planetas más allá de nuestra galaxia, muchos de ellos incluso situados en la denominada zona habitable de su estrella, es decir, orbitando sus respectivos astros a una distancia adecuada para albergar agua en estado líquido. Sin embargo, hasta el momento jamás habían hallado un planeta que además fuera rocoso y del mismo tamaño que la Tierra. Finalmente, hoy, un equipo internacional de científicos astrónomos logró dar con el paradero de un planeta que reúne todas estas características y que podría ser perfectamente habitable. Se trata de Kepler-186f, situado a 500 años luz de la Tierra, el quinto planeta y el más extenso del sistema planetario que conforma.
Este sistema fue descubierto por la nave espacial Kepler de la NASA, a través del denominado método de tránsito, que permite detectar cuerpos planetarios cuando éstos se interponen entre un punto de observación y su estrella, a raíz de la leve y periódica atenuación de su brillo. El nuevo planeta es apenas un poco más grande que la Tierra, por lo que podría tener una atmósfera más densa y en consecuencia un mejor aislamiento térmico. La estrella a la que orbita ha sido denominada Kepler-186 y es en realidad muy distinta a nuestro Sol, ya que se trata de una estrella enana del tipo M, más pequeña, más fría, y muy abundantes en nuestra galaxia. Características propias de estas estrellas pequeñas, como por ejemplo un ciclo de vida más extenso que el de las grandes, redundan en un período de tiempo mucho mayor para la evolución biológica y las reacciones bioquímicas de su superficie. Así mismo, las estrellas enanas como Kepler-186 tienden a ser más activas que las grandes, como el Sol, emitiendo mayor radiación hacia la superficie de los planetas que las orbitan.
Según estiman los científicos, a medida que se conoce la diversidad de exoplanetas existentes, es posible saber hasta qué punto la formación de sistemas planetarios como nuestro Sistema Solar es común en el universo.