¿Ciencia o mito?
El tránsito de viajeros de un lado a otro del mundo durante siglos ha permitido que se construyan, mediante una equilibrada mezcla de malentendidos y curiosidad, ciertas verdades pseudocientíficas que casi todos hemos escuchado alguna vez. Lugares tan magnéticos y misteriosos como las pirámides egipcias, la muralla china, la ciudad de París y los inodoros, han dado lugar a afirmaciones que no está de más confirmar o desmentir según una perspectiva científica:
-La Gran Muralla China es la única construcción visible desde el espacio
Desde la baja órbita terrestre, a unos 400 kilómetros de altura, donde se encuentra por ejemplo la Estación Espacial Internacional, muchas estructuras son visibles. Desde el espacio propiamente dicho, el asunto es distinto: el mito de la muralla se derrumbó en 2003, cuando el primer astronauta chino, Yang Liwei, confesó que no lograba distinguirla desde su posición.
-Los remolinos de agua giran en sentido contrario en los dos hemisferios
Se dice que cuando se tira de la cadena del inodoro, el remolino de agua gira en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur, y al contrario en el norte. Y es cierto: se debe a la llamada fuerza de Coriolis, una consecuencia de la rotación de la Tierra que es opuesta en ambos hemisferios. Lo mismo sucede con los huracanes, que giran en sentido contrario en el norte y en el sur.
-Es imposible que las pirámides de Egipto fueran construidas por seres humanos
Se ha afirmado que la construcción de las pirámides, movilizando bloques de roca de más de una tonelada por casi mil kilómetros, es una tarea imposible con la tecnología de hace 4.500 años. No obstante, en abril de 2014, investigadores de la Universidad de Ámsterdam demostraron que es posible mover tales bloques en trineos sobre la arena, siempre que ésta esté ligeramente mojada.
-Algunos japoneses sufren una enfermedad mental al visitar París
En 2004, una revista francesa de psiquiatría recopiló 63 casos de turistas japoneses ingresados en el Hospital Sainte-Anne desde 1988, aquejados por lo que el psiquiatra japonés Hiroaki Ota llamó "Síndrome de París", una forma de choque cultural grave. Los síntomas incluyen ansiedad, alucinaciones, paranoia o psicosis, acompañados por taquicardias, mareos y dificultades para respirar. Aproximadamente una docena de turistas japoneses son repatriados anualmente por esta causa, y la embajada nipona en París ofrece una línea telefónica disponible las 24 horas.
FUENTE: El Huffington Post
Imagen: Shutterstock