Cerebros que no sienten la música
Para muchos, este descubrimiento científico resultará difícil de creer; para quienes la música es parte indispensable de la vida cotidiana, de su historia emocional, de sus estados de ánimo, esta noticia puede sonar desconcertante, imposible pero real: la revista Current Biology ha publicado una investigación según la cuál existen personas que no son capaces de disfrutar la música; para llegar a esta conclusión primero advirtieron y corroboraron que la música utiliza vías nerviosas únicas dentro del sistema general de recompensa, aquel que genera la sensación de placer vinculada a, por ejemplo, el sexo, la comida, el dinero y, por supuesto, la música.
Luego profundizaron en el estudio de esa vía musical para la liberación de dopaminas en el cerebro, para llegar a detectar personas con “anhedonia musical”, casos que no sienten ningún tipo de emoción al escuchar secuencias armónicas, melódicas y rítmicas combinadas, pero que se diferencian de quienes padecen anhedonia en general ya que son capaces de activar este circuito de recompensa, que genera placer, por ejemplo al recibir dinero. En el experimento, los investigadores hicieron escuchar a los voluntarios trece piezas musicales (entre ellas Las cuatro estaciones, de Vivaldi, Nessun dorma, de Puccini, y la canción Barcelona, que fuera usada en los Juegos Olímpicos de 1992), y se los invitó aparte a que añadieran tres canciones que disfrutaran. Luego se los enfrentó a estímulos visuales que proponían ganar o perder dinero. Así descubrieron que en los voluntarios con “anhedonia musical” no se producían efectos fisiológicos al percibir la música, que sí se manifestaban ante la posibilidad de ganar dinero. Según los investigadores, la “amusia”, tal como llamaron a esta característica, desligada de cualquier tipo de padecimiento como la depresión, puede existir en un 3% de la población, aproximadamente.