Aseguran haber descubierto la tumba del conde Drácula
Erika Stella, estudiante de doctorado de la Universidad de Tallin, afirma haber descubierto la mítica tumba del conde Drácula en la iglesia de Santa María la Nova de Nápoles, en Italia.
Allí, la estudiante habría dado con los restos de Vlad Tepes, más conocido como Vlad III, o Vlad el Emperador, enterrados bajo una lápida del siglo XV. Príncipe de Valaquia -actual territorio del sur de Rumania- entre 1456 y 1462, este personaje fue mundialmente famoso por la crueldad con que combatió el expansionismo otomano y los castigos inclementes que impartió entre enemigos y traidores.
Fallecido en 1476, los rumores sobre el paradero de sus restos se multiplicaron entre aquellos que sostienen que el conde murió en batalla, los que afirman que fue capturado por el enemigo, y los que, en cambio, aseguran que fue rescatado por su hija para pasar los últimos días de su vida en la región de Nápoles.
Rodeado de misterio, Vlad III es la figura en que se basó el escritor Bram Stoker (1847-1912) para crear al terrorífico personaje Drácula, protagonista de la novela homónima. Durante siete años, el novelista irlandés estudió los diversos mitos que sobre vampiros nacieron en Europa Oriental, y se interesó especialmente en la narración sobre Vlad Tepes, oriundo de Transilvania, actual Rumania, nacido alrededor de 1430.
El equipo de investigadores que trabaja junto a Erika Stella en la iglesia de Santa María la Nova de Nápoles observó con curiosidad que la lápida hallada está repleta de símbolos de Transilvania. «Las esculturas en bajo relieve demuestran un simbolismo evidente. Los dragones hacen referencia a Drácula y las dos esfinges opuestas representan la ciudad de Tebas, también conocida como Tepes. En estos símbolos, el nombre del conde Drácula está escrito», señalaron los expertos.
Mientras se tramitan los permisos oficiales para poder abrir la tumba y resolver finalmente el misterio, no quedará otra opción más que esperar.