5 mitos sobre el cristianismo develados
Gran parte de la historia de los primeros cristianos, que llega a nuestros días, surgió en períodos bastante posteriores a los de su presunta ocurrencia. Y, según la escritora y teóloga Candida Moss, muchos de los hechos relatados no se corresponden del todo con la realidad. Estos son algunos de los mitos develados por Moss:
· No eran cristianos: a pesar de ser el nombre que se les dio, Jesús y sus discípulos eran judíos; cumplían con los rituales religiosos de la religión judía, y empleaban la escritura hebrea. Ninguno de los discípulos, ni los evangelios o las epístolas en la segunda mitad del siglo I, utilizan la palabra “cristiano”.
· No estaban de acuerdo entre sí: por unidos que pudieran ser, existieron varios desacuerdos y enfrentamientos entre los discípulos de Jesús. Pablo llegó a referirse a Pedro como un hipócrita en su Epístola a los gálatas, entre varios otros conflictos con diversos apóstoles, acerca de los requerimientos religiosos para gentiles y judíos. Esto no sólo sucedía entre los apóstoles, sino que existieron múltiples debates acerca de cuestiones trascendentes para la religión católica, tales como algunos sacramentos, el rol de la mujer, la fecha de la Pascua, etc.
· No tenían biblias cristianas: tomó casi un siglo, luego de la muerte de Jesús, para que se escribieran los libros del Nuevo Testamento. Recién llegado el año 367 d. C., se formó la lista definitiva de libros que conforman las actuales Escrituras.
· Nunca se ocultaron en catacumbas: según Moss, contrariamente a la creencia popular, los cristianos nunca se escondieron en las catacumbas. Homenajeaban a los muertos con comidas especiales, adaptando rituales paganos romanos, o celebraban la eucaristía, pero no empleaban las catacumbas como escondite, dado que habrían sido descubiertos rápidamente. Según la autora, este mito surgió como un atractivo turístico y resultó muy exitoso.
· Pedro no fue crucificado boca abajo por humildad: la versión más popular del martirio de Pedro, narra que él pidió ser crucificado boca abajo porque su modestia le impedía ser crucificado del mismo modo que Jesús. Sin embargo, según Los Hechos de Pedro (uno de los primeros libros apócrifos), Pedro insistió en ser crucificado de este modo por el pecado de Adán y Eva, que según él había puesto el bien y el mal al revés, manifestando así su encono.
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