Por qué hace 3 mil años los humanos tenían el cerebro más grande que hoy
Desde que la humanidad comenzó a organizarse en civilizaciones complejas, todo un hito en su historia, el cerebro de los humanos verificó un ligero encogimiento que se mide, en promedio y didácticamente, como una reducción equivalente a cuatro pelotas de tenis de mesa, según el antropólogo Jeremy DeSilva, del Dartmouth College en Estados Unidos.
Una contracción relativamente reciente
En entrevista con el medio BBC, el experto en antropología, que publicó un reciente análisis de fósiles craneales, detalló que la contracción cerebral de los humanos comenzó hace tan solo 3 mil años.
"Esto es mucho más reciente de lo que esperábamos", declaró DeSilva, "esperábamos que la cifra fuera algo más cercana a hace 30 mil años", admitió al comparar este dato con las primeras civilizaciones tecnológicas, surgidas hace unos 5 mil años.
Entonces, la pregunta lógica parece ser: ¿por qué los cerebros humanos disminuyeron su tamaño justo a partir de la época en que la humanidad alcanzó un extraordinario avance en el desarrollo de tecnologías?
Una pregunta y mucha intriga
Es que es esa misma pregunta, la que lleva a los especialistas a preguntarse cuánta influencia tiene finalmente el tamaño del cerebro sobre la inteligencia, o la capacidad cognitiva, en términos generales.
Existen muchísimas especies animales con un cerebro mayor en tamaño al de los humanos, aunque, no obstante ello, y desde la perspectiva de la comprensión humana, ninguna es más inteligente que los humanos.
Así, la relación entre el tamaño cerebral y la inteligencia, o capacidad cognitiva de los humanos, podría ser en realidad bastante compleja, tanto como conocer los motivos por los que una especie animal verifica la reducción o ampliación de su volumen cerebral.
El caso de las hormigas
Aunque aún no es posible saber por qué los cerebros humanos se redujeron en tamaño, los científicos tomaron el ejemplo de la hormiga, con un cerebro a primera vista muy diferente, al menos desde la perspectiva de su tamaño.
El cerebro de una hormiga ocupa la décima parte de un milímetro cúbico, lo que equivale aproximadamente a un tercio del tamaño de un grano de sal y está equipado con unas 250 mil neuronas.
Aunque el cerebro humano posee unas 86 mil millones de neuronas, algunas sociedades de hormigas desarrollan sorprendentes similitudes con las sociedades humanas, e incluso existen especies de hormigas capaces de practicar alguna forma de agricultura.
Conclusiones sobre las hormigas
El equipo científico que coordina DeSilva comparó el tamaño cerebral de varias especies de hormigas y concluyó que aquellas sociedades de hormigas más grandes desarrollaron cerebros más grandes.
La investigación, sin embargo, también descubrió que cuando el sistema social de las hormigas es más complejo, con una mayor división del trabajo, el tamaño de los cerebros verifica ser más pequeño.
Según las conclusiones de los antropólogos, cuando el trabajo se divide, la inteligencia se vuelve colectiva.
El cerebro humano y la escritura
DeSilva se preguntó, "¿y si eso sucediera en humanos? ¿Qué pasaría si, en humanos, alcanzáramos un umbral de tamaño de población, un umbral en el que los individuos compartieran información y externalizaran información en los cerebros de otros?".
Entre otras opciones, los expertos consideran posible que la irrupción de la escritura, aparecida unos 2 mil años antes de que se verificara la reducción del tamaño del cerebro humano, haya influido.
Por el momento, la idea solo plantea una hipótesis.