Las 5 peores formas de morir según la ciencia

Un grupo de investigadores estudió y determinó cuáles podrían las formas de morir más crueles, ya sea por el tiempo de duración o por el dolor físico que una persona debería soportar estando aún con vida. El científico senior del museo Exploratorium de San Francisco, Paul Doherty, y la escritora independiente Cody Cassidy, afirmaron que estas son las cinco peores maneras de fallecer.

Hambre

Según los científicos, cuando una persona no encuentra recursos para comer y comienza a sentir la falta, el mismo cuerpo se atacar lentamente a sí mismo para poder sobrevivir. De hecho, con tal no de morir de hambre, recurre a la grasa del hígado y los tejidos grasos; de ahí pasará a los músculos, hasta que el sistema inmunológico comienza a fallar y la persona muere rápidamente.

Cae desde de un ascensor

Los expertos afirman que, mediante el efecto de descenso, los órganos podrían escaparse del cuerpo y las extremidades quebrarse. Sin embargo, el productor de ascensores Icon, informó que existe una forma de sobrevivir a la caída: debes acostarse boca arriba, con las manos en el rostro. Así, las costillas podrían amortiguar el impacto y las manos ayudarían a proteger la cara.

Morir quemado

El fuego, una vez en contacto con el cuerpo, tarda solo 10 segundos en consumir todo el vello corporal y achicharrar la piel. Se trata de una de las muertes más dolorosas, donde los globos oculares podrían salirse de sus cuencas y los nervios se empezarían a chamuscar, haciendo que la víctima sufra hasta morir desangrado, asfixiarse o morir de shock y dolor.

Mediante un acelerador de partículas

Aunque no resulte una de las muertes más recurrentes (de hecho, no existen casos similares), la ciencia determinó que meter la cabeza en un acelerador de partículas no generaría un fallecimiento instantáneo, pero podría dejas secuelas irreversibles que posiblemente se transformen en parálisis de varias zonas del cuerpo o intoxicación por radiación. 

Dejar de dormir

“Morir de sueño” es simplemente una expresión cotidiana. Sin embargo, existen personas que han intentado pasar largos días sin descansar y comprobaron que es una forma no muy rápida e indolora. Los expertos afirman que la persona comienza a perder el juicio y sufre un deterioro de la memoria. Luego, comienza a ver borroso, y el mal humor y la irritabilidad aumentan.