Descubren una bacteria gigantesca, tanto, que puede observarse a simple vista
Entre los miembros de un equipo internacional de científicos, la microbióloga mexicana Silvina González Rizzo, de la Universidad de las Antillas, en Francia, identificó una gigantesca bacteria de casi un centímetro de largo, lo suficiente como para ser observable a simple vista y, por lo tanto, contradecir la definición de microbio, es decir, un organismo unicelular que solo puede verse con microscopio.
La impresionante bacteria fue descubierta en un manglar de la isla francesa de Guadalupe, en el mar Caribe, y fue bautizada con el nombre Thiomargarita magnifica, haciendo honor a su tamaño, exageradamente grande si se lo compara con el promedio para este tipo de organismos: unas dos milésimas de milímetro. Entre las nuevas bacterias descubiertas, la más grande llega a medir dos centímetros.
“Un hallazgo increíble”
Silvia G. Acinas, del Instituto de Ciencias del Mar, en Barcelona, consideró que se trata de “un hallazgo increíble”, que “descoloca varios paradigmas de la biología”, y no lo dice solo por el tamaño de la bacteria: aunque la ciencia establece que el ADN este tipo de organismos flota libre, la Thiomargarita magnifica tiene estructuras similares una membrana nuclear.
Según los investigadores, la asombrosa bacteria posee poco menos de 12 mil genes, lo que representa tres veces la cantidad habitual, mientras que el organismo alcanza el medio millón de réplicas de este genoma, una cantidad jamás registrada, y otra de las características por las que la ciencia se avocará al estudio de su evolución.
Mientras que Silvina González Rizzo, aseguró que “el origen de la complejidad biológica es una de las preguntas más importantes, todavía sin respuesta, en la biología”, científicos como el biólogo japonés Kazuhiro Takemoto sugieren que la nueva bacteria podría ser “un eslabón perdido en la evolución de las células complejas”.
Opiniones encontradas
Entre las múltiples repercusiones que el descubrimiento ha tenido en la comunidad científica, expertos como el biólogo Iñaki Ruiz, del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, creen que no se trata de un eslabón perdido, sino de un linaje que evolucionó en los manglares de las Antillas.
Incluso, los autores del descubrimiento especulan con que esta misma evolución pudo darse en otras bacterias que hoy se encuentran escondidas a simple vista, y que no han sido buscadas por la ciencia simplemente porque nadie sospechaba que podían existir.