Alerta: El reloj del fin del mundo sitúa a la humanidad a 90 segundos del Apocalipsis

Mediante un anuncio publicado en el Boletín de los Científicos Atómicos, un conjunto de investigadores informó que las manecillas del reconocido “Reloj del Juicio Final” están a tan sólo 90 segundos de la medianoche, símbolo clásico del “apocalipsis”. Según los expertos, se trataría del punto más cercano a la catástrofe en la historia del reloj.

Posibles riesgos globales

Así mismo, los científicos afirmaron que algunos sucesos actuales como el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania, la crisis climática en avance y las rupturas de normas e instituciones globales necesarias para luchar contra riesgos tecnológicos y amenazas de salud podrían incidir y ser devastadoras para el mundo.   

La presidenta y directora ejecutiva del Boletín de los Científicos Atómicos, Rachel Bronson, explicó que la humanidad se encuentra bajo un peligro sin precedentes, y que el tiempo en el Reloj del Juicio Final podría terminar de reflejar esta realidad.

Retroceder el reloj

Por otra parte, investigadores de todo el mundo aseguraron que el Gobierno de los Estados Unidos, junto a diversos aliados de la OTAN y Ucrania, estaría teniendo una multitud de canales de diálogo, y piden a quienes estén a cargo hacer el máximo esfuerzo para hacer retroceder el reloj.

Aunque el reloj fue inventado para representar las amenazas nucleares o relacionadas con armas de destrucción masiva, los expertos incorporaron a estas temáticas las tensiones geopolíticas, la tecnología, el cambio climático o las enfermedades pandémicas actuales.

 90 segundos para el final

Luego de tres años, la junta del Boletín de los Científicos Atómicos, integrada por investigadores nucleares y ciencias del clima, ha propuesto cambiar la hora del reloj y acercarla 10 segundos más, es decir, 90 segundos para el final. 

Los científicos explicaron que la situación actual es peor que la de 1953, momento en el que el reloj marcó casi medianoche durante una de las etapas más tensas de la Guerra Fría, cuando tanto soviéticos como estadounidenses hicieron las primeras pruebas nucleares.