Universo vacío: la ecuación astrofísica que nos deja como única civilización existente

Un estudio reciente propone una innovadora solución mediante la inclusión de dos nuevos factores.

La ecuación de Drake

En 1961, el astrónomo Frank Drake desarrolló una ecuación para calcular el número de civilizaciones capaces de comunicarse en la Vía Láctea. Esta ecuación, aunque inicialmente aclamada como una herramienta clave para abordar el enigma del Gran Silencio en el universo, ha enfrentado críticas por su ambigüedad y limitaciones. Un estudio reciente publicado en Scientific Reports propone una solución innovadora al añadir dos nuevos factores.

La ecuación de Drake busca estimar el número de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia que podrían emitir señales detectables. Fue creada por Frank Drake para estimular el pensamiento y la discusión sobre los factores que influirían en la existencia de otras civilizaciones inteligentes. La fórmula se expresa con variables que representa un factor específico, como la tasa de formación de estrellas, la fracción de estrellas con sistemas planetarios, y la longitud de tiempo durante la cual una civilización emite señales detectables.

Nuevas variables

Un estudio realizado por los científicos planetarios Robert Stern y Taras Gerya ha demostrado lo poco comunes que podrían ser las condiciones necesarias para que surjan civilizaciones similares a la nuestra en el universo. Según su investigación, la existencia de ingredientes esenciales para la vida avanzada es extremadamente escasa en la Vía Láctea. Propusieron una modificación a la ecuación de Drake, agregando variables que consideran la presencia de continentes, océanos y tectónica de placas duraderas, lo que reduce considerablemente el valor de la ecuación.

La ecuación de Drake ha sido refinada para incluir factores que influyen en el desarrollo de la vida en otros planetas. Entre estos nuevos factores se considera la presencia de grandes océanos, cruciales para el desarrollo de formas de vida complejas, similar a lo observado en la Tierra. La tectónica de placas también es importante para la creación de diversos ambientes planetarios, facilitando la evolución hacia formas de vida complejas. Este proceso geológico, que en nuestro planeta tardó aproximadamente 500 millones de años en desarrollarse, es vital para la formación de continentes, océanos y la regulación del clima.

Única civilización

De acuerdo con los resultados de Stern y Gerya, determinar la probabilidad de que un planeta tenga continentes y océanos implica considerar la cantidad de agua necesaria en su superficie, que debe representar entre un 0,007% y un 0,027% de su masa total. Además, para que un planeta mantenga una tectónica de placas activa y ayude a largo plazo la diversificación de su superficie, se requieren ciertos elementos químicos específicos y una masa suficiente para soportar este proceso geológico dinámico.

Solo aproximadamente el 33% de los planetas conocidos poseen los elementos químicos adecuados para la tectónica de placas, y de estos, aproximadamente la mitad tienen la masa y la gravedad suficientes para mantenerla activa a lo largo del tiempo geológico. Estas limitaciones significan que menos del 0,2% de los planetas en la Vía Láctea pueden albergar las condiciones ideales para la vida compleja, según los estándares que observamos en la Tierra.