El 21 de noviembre se celebra el Día Mundial del Saludo, una fecha que surgió en 1973 durante la Guerra Fría como una propuesta pacífica entre Estados Unidos y la Unión Soviética para promover el entendimiento entre naciones. Esta iniciativa fue impulsada por los hermanos Brian y Michael McCormack, quienes crearon la festividad con el objetivo de demostrar que los gestos simples, como un saludo, pueden contribuir a resolver conflictos y fomentar la paz.
Desde entonces, el Día Mundial del Saludo ha sido observado en más de 180 países y ha contado con el apoyo de figuras públicas, premios Nobel de la Paz y líderes de opinión. Su simbolismo radica en la creencia de que la comunicación y los gestos de buena voluntad pueden marcar una diferencia en la convivencia global, aun en tiempos de tensión política.
El saludo, en sus diversas formas culturales, es uno de los gestos más universales y antiguos de la humanidad, utilizado tanto en la vida cotidiana como en encuentros formales. Con su sencillez, este día invita a reflexionar sobre el impacto positivo que un acto tan básico puede tener en la construcción de un mundo más solidario y tolerante.
En la imagen puede observarse el clásico saludo de los monjes tibetanos, que sacan la lengua según una tradición que se remonta al siglo IX y se realiza como muestra de acuerdo y respeto.