Revelan que los mayas usaban cadáveres de gobernantes en su ritual del juego de pelota
Científicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que trabajan en la zona arqueológica de Toniná, en Chipas, México, descubrieron un recinto en donde los mayas empleaban las cenizas de sus gobernantes para elaborar bolas de hule, a través de un extenso proceso ritual, según la hipótesis de Juan Yadeun Angulo, investigador a cargo.
Cenizas para hule
Según sugieren los arqueólogos en su estudio, las cenizas sirvieron para la elaboración de bolas de hule que más tarde se usaban en la cancha del juego de pelota 'tlachtli', deporte ritual por excelencia de los pueblos precolombinos con el que solían resolver conflictos internos o externos, sin recurrir a la guerra.
El investigador Juan Yadeun Angulo propone que los cadáveres de, al menos tres gobernantes del reino maya de Toniná, fueran incinerados para elaborar bolas de hule para el Juego de Pelota.#Boletin: https://t.co/fuAeraZxsj#PatrimonioINAH#ContigoEnLaDistancia pic.twitter.com/kthotMXkhB
— INAHmx (@INAHmx) August 2, 2022
Los arqueólogos creen que la práctica del juego de pelota representaba algún tipo de culto a la fertilidad, mientras que el traslado del balón a través del campo de juego simbolizaba el movimiento del sol, o probablemente de la luna, en el cielo.
Vulcanización del hule
Ya en 2020, cuando en el Templo del Sol fue descubierta una cripta prehispánica con bóvedas y recintos secretos diagramados como laberinto, que en su interior alojaban unas 400 vasijas con material orgánico, los arqueólogos propusieron la teoría de que se trataba de restos humanos, probablemente de la nobleza.
Según la nueva hipótesis, los cadáveres de los gobernantes pasaban 260 días en la "cueva de la muerte", según un calendario ritual, antes de ser cremados, y más tarde el azufre de sus cenizas se empleaba para "la vulcanización del hule" con el que elaboraban los balones del juego de pelota.
Fuerza viva
Según informó el INAH, los restos recientemente descubiertos en la antesala del Templo corresponden por lo menos a tres gobernantes del antiguo reino maya de Po'p, un pueblo que competía con la ciudad de Palenque, una de las más poderosas del Período Clásico de los maya y sede de una de las dinastías más prestigiosas.
Juan Yadeun Angulo, explicó que los mayas tenían la creencia de que sus gobernantes conservaban tras la muerte una "fuerza viva" que se alojaba en algunas regiones del cuerpo, y por eso cremaban sus cuerpos de manera parcial.