Liposucción en el Imperio Romano: la cirugía del legionario para reducir su estómago
En su libro “El arte del bisturí”, el cirujano Arnold van de Laar afirma que la obesidad era un problema muy grave en la población romana, la cual gozaba de una vida llena de los más exquisitos y abundantes platillos de comida. De hecho, durante los banquetes, las grandes personalidades inducían al vómito para seguir con las siguientes porciones.
Extracción del tejido graso
Para contrarrestar esta problemática, los médicos romanos sometieron a uno de los hijos del comandante del Ejército en Germania, Lucio Apronio Cesiano, a una práctica utilizada entre los más adinerados: la extracción del tejido graso. Así mismo, Laar explica que, probablemente, no se abría la cavidad abdominal, ya que resultaba una intervención casi mortal ante la falta de higiene.
Una metodología efectiva
Por otra parte, el cirujano advierte que la extirpación de grasa debió darse en alguna zona entre la pared abdominal y la piel, práctica conocida como abdominoplastia. La metodología resultaba efectiva y, de hecho, Lucio Apronio Cesiano no sólo bajó los kilos para convertirse en soldado, sino que además mantuvo una vida saludable y se convirtió en el cónsul del emperador Calígula.