El popular platillo moderno que los neandertales ya preparaban hace 90 mil años
Un estudio reciente, desarrollado en el yacimiento de Gruta da Figueira Brava, en Portugal, descubrió restos arqueológicos que demuestran cómo los neandertales que habitaron esta cueva hace más de 90 mil años, capturaban cangrejos de mar, los cocinaban al fuego y los comían en familia.
En contra de lo que se creía
Según un estudio publicado en la revista científica Frontiers in Environmental Archaeology, a cargo de Mariana Nabais y Catherine Dupont, ambas del Centro de Arqueología de la Universidade de Lisboa, los neandertales explotaban intensamente los recursos marinos, algo que hasta el momento se consideraba una práctica exclusiva de los humanos modernos.
De hecho, hasta hoy, se consideraba inviables a los crustáceos como fuente de alimento para los neandertales, dada la escasa cantidad de carne que podían proporcionar, y se creía que solo los humanos anatómicamente modernos de África se alimentaron con ellos, lo que a su vez les habría conferido alguna ventaja cognitiva.
Desarrollo cognitivo
Según los resultados obtenidos por el estudio científico, los neandertales de la Gruta de Figueira Brava efectivamente sí consumieron recursos marinos, por lo que el papel que este tipo de alimentación pudo tener en el desarrollo cognitivo de los humanos modernos debería ser similar al que tuvo en los neandertales.
“Las acumulaciones de restos de alimentos marinos de la secuencia estratigráfica de la Gruta de Figueira Brava, que abarca unos veinte milenios, son iguales a las observadas en los yacimientos de conchas del Holoceno de la región, que se encuentran entre los mayores de Europa”, detalló Nabais.
Caza y cocción
En la Gruta de Figueira Brava fueron recuperadas grandes cantidades de herramientas de piedra y también huesos, entre los que sobresalen restos de crustáceos: “la conclusiones a las que llegamos agregan un clavo adicional al ataúd de la noción obsoleta de que los neandertales eran primitivos habitantes de cuevas que apenas podían ganarse la vida con los cadáveres de animales de caza mayor”, destacó Nabais.
En cuanto al modo en el que cazaban a los cangrejos y los comían, los científicos explicaron que probablemente hayan sido atrapados en piscinas rocosas de poca profundidad, durante la marea baja, y cocinados al fuego o sobre brasas a temperaturas de entre 300 y 500 grados Celsius.