Qué son los agujeros de gusano de Einstein y Rosen
En 1915, Albert Einstein reveló su teoría general de la relatividad. Pero, a su vez, quedó preocupado por un dilema que encontró en su argumento. En esa época, se creía que los agujeros negros no existían y que eran artefactos de las matemáticas. En el centro del agujero negro, alcanzabas la singularidad, el punto en el que toda la materia se comprime a 0 y, por ende, densidad infinita.
Por este motivo, Einstein –junto al físico estadounidense-israelí Nathan Rosen- publicó un artículo en el que señaló que si cambiaba un poco las matemáticas, esa singularidad se convierte en un puente que lleva del centro del agujero negro a otro lugar: quizás a otro agujero negro o incluso a un agujero blanco.
Y así nació el puente Einstein-Rosen, más conocido como “agujeros del gusano”: un agujero negro es algo que absorbe la materia e incluso la luz que cae en él, y un agujero blanco es lo opuesto. La idea era que quizás todo lo que caía en un agujero negro era expulsado al otro extremo, que era un agujero blanco.
Esta teoría fue tomada por el científico Kip Thorne, quien dio cuenta de que era teóricamente posible crear un tipo completamente nuevo de "agujero de gusano transitable". De acuerdo con la teoría general de la relatividad de Einstein, los agujeros de gusano no solo podrían usarse para viajar a través del espacio, sino también a través del tiempo.
Sin embargo -desde el punto de vista de la Física-, la línea temporal se encuentra protegida: no se podría cambiar algo que ya pasó, pero si producir otro universo, que sería parte de una multiplicidad de hechos que contienen todas las diferentes versiones del resultado que las acciones han creado.
Fuente: bbc.com
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