Nikola Tesla y su obsesión por las pirámides de Egipto
Nikola Tesla, una de las mentes más brillantes de los últimos tiempos, no solo tuvo una obsesión enorme por llevar a la humanidad hacia la modernidad, sino que parte de su interés se centró en una de las maravilla del mundo: las pirámides de Egipto. Para el científico serbio, las pirámides de Guiza tenían un trasfondo más importante que solo funcionar como enormes mausoleos.
Un depósito energético
Tesla creía que las pirámides egipcias resultaban ser fuentes de energías ilimitadas, gracias a su cobertura compuesta por piedra caliza blanca, las cuales tienen importantes propiedades aislantes. Así mismo, los bloques que están en su interior tienen depositados pequeños cristales y metales, y sus ejes son de granito, elemento un tanto radiactivo que permite la ionización del aire.
Sus propias pirámides
Sus estudios lo llevaron a pensar que las pirámides, en realidad, eran sistemas generadores de iones. De hecho, construyó sus propias pirámides, entre ellas la Estación Experimental Tesla, en Colorado, y la Torre Wardenclyffe, o Torre Tesla. De esta manera, habría descubierto que las pirámides de Egipto habrían funcionado como sistemas generadores de iones negativos.