La nave espacial más longeva de la historia cruzó la frontera solar
Tras un año de recorrido interestelar, y a 42 años desde su lanzamiento, la NASA comenzó a difundir los resultados de las observaciones realizadas por la nave Voyager 2, que registró el salto entre la cálida temperatura del plasma caliente y el frío extremo más allá de la frontera solar, al superar los 18 mil millones de kilómetros desde la Tierra.
Mediante los sensores a bordo de la nave, fue posible saber que en los límites de la heliosfera existe una zona de frontera tan grande, que supera la distancia entre la Tierra y el Sol. Una vez superada esta frontera, en donde el plasma solar sufre una ralentización, todo se calienta y se torna más denso, hasta llegar a una última frontera, más delgada, en donde se intensifica el campo magnético. A partir de entonces, comienza el espacio interestelar.
“Desde un punto de vista histórico, la vieja idea de que el viento solar se iría extinguiendo según te internas en el espacio interestelar no es cierta”, concluyó Don Gurnett, de la Universidad de Iowa, en Estados Unidos. “Con Voyager 2 y antes con Voyager 1 vemos que hay una frontera clara. Es impresionante cómo los fluidos, incluidos los plasmas, forman estos límites bien definidos”, añadió el experto.
Con todo, la nave Voyager 2, que es la sonda activa más longeva en la historia del hombre, todavía no acaba de abandonar el sistema solar, una frontera delimitada por la gravitación del Sol, situada en el extremo de la Nube de Oort, una región gigantesca que demoraría unos 300 años en ser atravesada, momento para el cual el combustible nuclear que propulsa a la nave llevaría siglos de haberse agotado.
Fuente: elpais.com
Imágenes: Shutterstock / NASA