La ciencia busca impedir el hackeo de cerebros
El campo de las neurotecnologías está en pleno desarrollo. Desde que el presidente Barack Obama lanzó el proyecto “Brain”, en 2013, tanto Estados Unidos, como Japón, China, Israel y Europa trabajan diariamente en tecnologías que puedan mapear y descifrar los laberintos del cerebro humano, cada uno con su propia versión del proyecto. Se trata de algo parecido a lo que ocurrió con la carrera espacial o con el genoma humano: nadie sabe quién llegará primero, pero alguien llegará.
Cuando esto suceda, las neurotecnologías llevarán grandes beneficios al campo de la salud. Por ejemplo, un chip implantado en el cerebro podrá otorgar visión a los invidentes. Pero así como estas tecnologías abrirán oportunidades, también crearan riesgos. Por eso, científicos como Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia, en Nueva York, insisten en regular el uso futuro de las neurotecnologías.
Yuste propone incorporar a la carta de derechos humanos cinco neuroderechos inalienables: la privacidad mental, la identidad personal, el libre albedrío, el acceso equitativo y la no discriminación. Actualmente, ha iniciado conversaciones para incorporar estos derechos en la constitución chilena, lo que sería todo un precedente. La preocupación de Yuste es que las neurotecnologías no se utilicen en personas que realmente las necesiten, sino para crear personas “aumentadas”.
Las personas “aumentadas” podrían percibir cosas que el resto no puede y tendrían acceso a información que el resto no podría tener. Además, si el uso de las neurotecnologías no se regula a tiempo, se corre el riego de que sean utilizadas militarmente. Es por eso que científicos de todo el mundo insisten en que se establezcan reglas lo antes posible, antes de que sea demasiado tarde.
Fuente: bbc.com
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