Este siglo nacerán los primeros humanos en alcanzar los 150 años de edad, según la ciencia.
En general, las enfermedades que desencadenan la muerte de personas maduras están estrechamente vinculadas con los cambios que el envejecimiento genera en el cuerpo, razón por la que, si el envejecimiento es más lento, más años de vida pueden alcanzarse.
Ahora, las terapias médicas que retrasan el proceso de envejecimiento han cobrado una nueva perspectiva, a raíz de los avances logrados por un equipo estadounidense de científicos, que logró rejuvenecer en forma segura los tejidos de ratones en laboratorio.
Un hito científico en el laboratorio
Expertos del Instituto Salk, en San Diego, Estados Unidos, aplicaron una novedosa terapia génica a un grupo de ratones sanos, de mediana edad, que logró refrescar las células más longevas y rejuveneció a los animales en términos biológicos, según una publicación de la revista científica Nature Aging.
Si bien aún no es posible replicar esta terapia en humanos, el éxito en los resultados del estudio apuntalará nuevas terapias para retrasar e incluso revertir el proceso de envejecimiento en personas y permitirá abordar enfermedades vinculadas con la edad, tales como el cáncer, la degeneración de huesos o el Alzheimer.
Los primeros humanos de 150 años
Entre los principales expertos, se sostiene la idea de que los niños nacidos a partir del año 2070 lograrán alcanzar los 150 años de edad, dados los enormes avances en el ámbito de las tecnologías de rejuvenecimiento.
Estos avances no solo lograrían duplicar la actual esperanza de vida promedio a nivel mundial, sino que además permitirían reducir el lapso de tiempo durante el cual, estadísticamente, una persona vive con afecciones de salud vinculados a su edad.
Una realidad muy cercana
Tras el éxito del estudio que logró revertir el proceso de envejecimiento en ratones de laboratorio, los científicos confían en que esta tecnología podría estar lista para ser aplicada en humanos dentro de las próximas décadas.
Según precisó el profesor Jürg Bähler, de la Universidad College de Londres, esta tecnología podría aumentar la esperanza de vida hasta en 150 años como máximo: “algunas personas, incluyéndome a mí, dirían que hay un techo natural para la vida humana, alrededor de 150 años, y no se puede ir más allá”, concluyó el experto.