El médico romano del siglo I que usó electricidad por primera vez como tratamiento
Durante la época del Imperio Romano, un médico que trabajó en la corte del emperador Claudio, entre los años 41 y 54 d. C., y que acompañó al ejército en la conquista de Britania, se hizo famoso por haber redactado una importante lista de recetas utilizada en Europa hasta el siglo XVII, y transformarse en el primero en utilizar la electricidad como remedio: Escribonio Largo.
El dilema sobre Escribonio
A pesar de sus logros, la vida del médico romano resulta todo un misterio. Tanto que, la única información que se conoce sobre él está dentro de su propio escrito. De hecho, los investigadores creen extraño que fuentes antiguas como Suetonio o Plinio el Viejo no hagan menciones en alguno de sus textos. Según los historiadores, es posible que el manuscrito de Escribonio no hubiera circulado ampliamente en el mundo latino.
Un médico activo
A pesar de no tener una relevancia pública importante, los fanáticos de la historia aseguran que, cuando Claudio invadió Britania en el año 43 d.C., Escribonio estuvo allí participando activamente, aunque se desconoce si lo hizo como médico del ejército o como médico privado de algún comandante. Años más tarde, publicó la única obra conocida hasta la actualidad, conocida como las “Composiciones”.
La lista de recetas
En el documento, Escribonio desarrolla una colección de fórmulas farmacéuticas y remedios tradicionales, compuesta por 271 recetas, las cuales se dividen en tres secciones: la primera tiene 162 recetas y está organizada por enfermedades de todo tipo, la segunda es una lista de 37 antídotos para venenos, mordeduras y picaduras, y la tercera habla sobre los emplastos, apósitos y bálsamos utilizados por los cirujanos.
Primer tratamiento con electricidad
Entre todas las recetas mencionadas, aparece la más famosa: su tratamiento de la gota y los dolores de cabeza con electricidad. Se trata del primer uso documentado de la historia, que demostraría que en aquella época se trataba de electricidad animal. Según los especialistas, se colocaba un pez torpedo mediterráneo o raya jaspeada, o de un torpedo del Atlántico, entre las cejas de un paciente, el cual recibía electricidad hasta que los sentidos se adormecían.