El argentino que realizó la primera transfusión de sangre y jamás patentó su descubrimiento
El doctor Luis Agote nació el 22 de septiembre de 1868, en la ciudad de Buenos Aires, se graduó en la Universidad de Buenos Aires, en 1893, y fue la primera persona del mundo en realizar transfusiones de sangre indirectas, es decir, almacenando la sangre sin que se coagule, gracias a un método que él mismo desarrolló y jamás quiso patentar.
Padre del método de conservación de la sangre
Corría el año 1911, cuando Agote fundó el Instituto Modelo de Clínica en el Hospital Rawson, época en la que las transfusiones de sangre se hacían de modo directo entre el dador y el paciente, dada la falta de método para conservar la sangre.
Al mismo tiempo, desde el momento en que comenzó a estudiar medicina, Agote se preocupó especialmente en estudiar la manera de frenar hemorragias en pacientes hemofílicos, para lo cual experimentó con el citrato de sodio, una sal derivada del ácido cítrico.
Así comprobó que la sangre, tras permanecer dos semanas en reposo, no se coagulaba por acción de la mezcla que había descubierto, y aún más: que el citrato de sodio podía ser evacuado perfectamente por el organismo.
Prueba en humanos
La primera prueba de transfusión de sangre citratada se realizó el 9 de noviembre de 1914, en el Hospital Rawson, con un paciente enfermo de tuberculosis. Fue todo un éxito. A partir de entonces, los ensayos clínicos demostraron la absoluta eficacia del tratamiento.
Pese al éxito que tenía en sus manos, Luis Agote jamás quiso patentar su descubrimiento. Por entonces, en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial morían diariamente miles de soldados.
Agote cedió su receta a todos los países del mundo que por entonces se encontraban en guerra, una noticia que rápidamente recorrió el mundo. Es mismo año, publicó su trabajo “Nuevo método sencillo para realizar transfusiones de sangre”.