La historia del Nissan GT-R
Considerado por muchos como el auto perfecto, el Nissan GT-R es desde hace más de 50 años la máxima expresión de la ingeniería japonesa. Se trata de un superdeportivo cuya evolución a lo largo de los años ha marcado un antes y un después en la industria de su país. El Nissan Skyline GT-R es el resultado de años de evolución, trabajo y desarrollo, que lo han convertido en uno de los mejores deportivos modernos.
El Nissan GT-R dio sus primeros pasos en la Prince Motor Company, que concibió al Skyline como un sedán de lujo de cuatro puertas, en 1957. Un prototipo muy distinto del que actualmente conocemos como Godzilla, y que estaba diseñado para familias numerosas que requerían de un vehículo de grandes dimensiones y espacio de carga.
Recién a principios de la década de 1960, haría su aparición la carrocería cupé y convertible. En 1961, surgiría el Prince GT Skyline, con un motor de 6 cilindros en serie con el fin de participar en la clase GT-II del Grand Prix Japonés. Cinco años más tarde, Prince y Nissan se fusionaron en una sola compañía y Nissan opta por centrarse en las habilidades de vehículo deportivo del Skyline.
La crisis del petróleo de 1973, obligó a interrumpir la comercialización del Nissan Skyline GT-R durante 16 largos años. Pero ese lapso no doblegó a los ingenieros de Nissan que volvieron a la carga con 4 generaciones completamente renovadas. La más prometedora haría su aparición en 1989: el Nissan GT-R R32. Esta leyenda casi perfecta se convirtió en la base sobre la que Nissan aplica todas sus mejoras de cara al futuro.