El Tratado de Lunéville se firmó el 9 de febrero de 1801 entre Francia y el Sacro Imperio Romano por José Bonaparte (diplomático francés y hermano del emperador Napoleón Bonaparte) y Luis de Cobentzel (Conde del Imperio Romano). El tratado declaraba que habría paz, amistad y buen entendimiento entre ambas naciones. Ciertos territorios del Imperio Romano pasaron a manos francesas. El control francés se extendió. Las fronteras en disputa de Italia fueron definidas, y el Gran Ducado de la Toscana (Italia) a Francia. Finalmente los dos partícipes del tratado acordaron la independencia de las repúblicas de Baviera, Cisalpina, Helvética y Liguria.