El Tratado de Aranjuez es un acuerdo entre Francia y España firmado en Aranjuez (provincia española) el 13 de febrero de 1801 por el diplomático francés Charles Gravier, Conde de Vergennes y el primer ministro español el Conde de Floridablanca, por el cual España intervenía en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Establecía el compromiso de las dos potencias europeas para invadir conjuntamente Inglaterra (algo que no sucedió finalmente), así como la recuperación para España de Gibraltar, Menorca (1782), Florida (1783) y la Honduras Británica, además de la suspensión de los derechos comerciales madereros de los ingleses en la costa de Campeche. Por su parte, Francia exigía la expulsión de los ingleses de Terranova, la recuperación de Senegal, derecho de comercio con la India, y la retención de Dominica.