La Gran Revolución Cultural Proletaria fue una campaña de masas en la República Popular China, organizada por el líder del Partido Comunista de ese país Mao Zedong a partir del 18 de abril de 1966, y dirigida contra altos cargos del partido comunista e intelectuales, a los que Mao y sus seguidores acusaron de traicionar los ideales revolucionarios. Según la interpretación más habitual, en el fondo, la revolución fue una lucha por el poder en la que la aspiración de Mao por recuperar su autoridad se vio apoyada por las ambiciones de otros miembros del partido, como su esposa Jiang Qing y el líder del ejército Lin Biao. El objetivo era apartar del poder político a Liu Shaoqi, jefe del estado, y a Deng Xiaoping, secretario general del Partido Comunista. Esta lucha por el poder dio lugar a una situación de caos y conmoción política que estuvo acompañada de numerosos episodios de violencia, en su mayoría protagonizados por los guardias rojos, grupos de jóvenes, apenas adolescentes en muchos casos, que, organizados en comités revolucionarios, atacaban a todos aquellos que habían sido acusados de deslealtad política al régimen, figura y pensamiento de Mao Zedong.